Un terremoto de 5,8 grados en la escala de Richter ha sacudido este lunes la isla de Creta, la mayor de Grecia y situada a 200 kilómetros al sur de la capital, Atenas. El sismo, que ha dañado decenas de edificios y carreteras, ha causado la muerte de al menos una persona. Otras 11 han resultado heridas

Durante toda la mañana las réplicas del terremoto se han ido sucediendo y las escuelas de la isla han sido completamente evacuadas. "Este terremoto no ha llegado sin habernos mandado varios avisos. Llevamos viendo actividad sísmica desde hace varios meses. Ha sido un terremoto fuerte, y no ha ocurrido bajo el mar sino bajo tierra, por eso ha afectado más a regiones con población", ha dicho el sismólogo Gerasimos Papadopulos a la televisión pública griega, ERT.

La víctima mortal, ha explicado el alcalde de la localidad de Minos -donde ha ocurrido el fallecimiento y cerca del epicentro del sismo-, era un obrero que trabajaba en la restauración de una iglesia local. Estaba con otro compañero, que ha resultado ileso. Los 11 heridos han sido trasladados al hospital en su mayoría con fracturas óseas.

El sismo ha tenido lugar a las 9.17 de la mañana hora local, y el Gobierno de Atenas ha activado poco después el plan de rescate y salvamento. Según ha explicado el ministro griego de Protección Civil, Jristos Stylianidis, equipos de rescate, bomberos, policías y perros rastreadores han sido mandados a la isla para rescatar a las personas que podrían quedar aún bajo los escombros. 

Ola de catástrofes

Como la mayoría de países del sur de Europa, Grecia lleva un año fatídico de desastres naturales, sobretodo en verano, con una ola de calor e incendios a finales de julio que batió casi todos los récords históricos. 

La lenta respuesta gubernamental a los fuegos hizo que se debilitase enormemente la popularidad del primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, que intenta desmentir como puede los cada vez más insistentes rumores de elecciones anticipadas este 2022. Si no se anticipan, tendrán que ocurrir en julio de 2023.