La Agencia Nacional de Policía (NPA) de Corea del Sur pidió este jueves abrir una investigación al jefe de la comisaría del distrito de Yongsan, en Seúl, y al coordinador de emergencias en el área metropolitana de la ciudad por la tragedia de Halloween.

La decisión se produce tras las críticas manifestadas contra la actuación policial el pasado sábado en el popular barrio de ocio nocturno de Itaewon, en el que murieron más de 156 personas por la aglomeración descontrolada de gente.

Los servicios de emergencia recibieron once llamadas desde unas cuatro horas antes de que se produjera la tragedia, sin actuar.

Nuevos detalles de la investigación en curso revelaron que el propio jefe de la NPA se enteró de lo ocurrido unas dos horas después de que sucediera y más de una hora después de que el presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, compareciera por el incidente.

La NPA ha solicitado investigar al comisario Lee Im-jae de la estación de policía del distrito de Yongsan, bajo cuya jurisdicción se encuentra Itaewon, y a la persona que se encontraba aquel día a cargo de la vigilancia de la situación en la Agencia de Policía Metropolitana de Seúl, Ryu Mi-jin.

Ryu ha sido acusada de negligencia por no reconocer rápidamente la situación e informar a las autoridades nacionales pertinentes, mientras que Lee habría descuidado sus obligaciones de comandancia por responder con lentitud ante el peligro y por informar tarde a instancias superiores, según la agencia local de noticias Yonhap.

Ambos han sido suspendidos temporalmente como medida disciplinaria.

Esta acción se ha llevado a cabo en el marco de la investigación sobre el incidente puesta en marcha por el Gobierno central para buscar responsabilidades ante lo ocurrido, y que se extiende tanto a la policía como a los bomberos y a las administraciones locales.

Unas 100.000 personas se concentraron el pasado sábado en las calles de esta popular zona de bares de Seúl, produciendo congestiones y taponamientos que provocaron en un estrecho callejón un apilamiento de personas que provocó que más de 100 ellas fallecieran por aplastamiento y que ha dejado también 33 heridos graves.

El Gobierno central ha admitido la ausencia de protocolos en el país asiático para evitar el desastre en grandes eventos que no cuentan con un organizador y prometió que impulsará cambios regulatorios.