Guerra en Ucrania

Lecciones balcánicas para la investigación de crímenes de guerra en Ucrania

Los errores cometidos en la identificación de desaparecidos en los Balcanes son una enseñanza aprendida para el país eslavo

Residentes de un pueblo de Jersón aguardan la llegada de un forense que debe examinar los restos de una adolescente presuntamente asesinada durante la ocupación rusa, el pasado 29 de noviembre.

Residentes de un pueblo de Jersón aguardan la llegada de un forense que debe examinar los restos de una adolescente presuntamente asesinada durante la ocupación rusa, el pasado 29 de noviembre. / EFE

Irene Savio

¿Qué le pueden enseñar los Balcanes a Ucrania? Tras la invasión a gran escala lanzada hace poco más de un año por el presidente ruso, Vladímir Putin, numerosos antropólogos y arqueólogos forenses, patólogos, expertos en recolección de ADN, criminólogos y otros especialistas con experiencia en los conflictos originados por la disolución de Yugoslavia y en las posguerras balcánicas se han desplazado o han empezado a trabajar en proyectos relacionados con las hostilidades en el país eslavo.

Las razones son múltiples y sin duda también tienen que ver con la proximidad geográfica y cronológica, ya que las guerras balcánicas ocurrieron en los 90 del siglo pasado. Pero también es una realidad que en Ucrania el reto es que se han activado diversas investigaciones con la guerra todavía en curso. Testimonio de ello son los programas de búsqueda e identificación de aquellas personas consideradas desaparecidas. Una misión que, sin embargo, arrancó con el legado de la larga lista de lecciones aprendidas en conflictos tan sangrientos como los de los Balcanes.

Los ejemplos son muy concretos y explican algunas recomendaciones que hoy los especialistas le hacen a Ucrania, como la de usar el ADN para la identificación de los muertos de forma sistemática, lo que no siempre se hizo en los Balcanes y llevó a identificaciones erróneas, algunas aún irresueltas al día de hoy, según cuenta Matthew Holliday, responsable para Ucrania y Balcanes Occidentales de la Comisión Internacional sobre Personas Desaparecidas (ICMP). Esta es una organización, financiada principalmente con contribuciones voluntarias de gobiernos, que nació para identificar a fallecidos y desaparecidos en las guerras de los Balcanes, y que ha trabajado en países con conflictos tan feroces como Siria, Libia e Irak, y hoy asiste a diversas instituciones ucranianas, como el Ministerio de Interior y las diversas fiscalías encargadas de estos casos.

Errores del pasado

"Sobre todo entre 1999 y 2001, después de la guerra de Kosovo, una gran cantidad de equipos forenses viajaron allí para ayudar en la identificación de las personas entonces desaparecidas, pero en la gran mayoría de los casos no se usó la prueba del ADN", dice Holliday. "Por el contrario, se recurrió a inspecciones visuales de los cadáveres o a la muestra de sus objetos personales. El gran problema de esta forma tradicional de identificación es que hay un alto riesgo de error, por lo que incluso algunos fueron sepultados con el nombre de otra persona y algunos familiares siguieron buscando a sus seres queridos sin encontrarlos", añade, cuya organización también ayudó a identificar los cadáveres en tumbas colectivas de la masacre en 1995 en Srebrenica, donde fallecieron más de 8.000 hombres y niños musulmanes bosnios.

Con esto como antecedente, "en la actualidad, en Ucrania el uso del ADN es hoy ampliamente extendido, pero aún así lo que sabemos es que en los primeros meses, especialmente en los territorios retomados de los alrededores de Kiev, muchos cuerpos encontrados fueron identificados a través del reconocimiento visual de familiares". Según algunas estimaciones, los desaparecidos en Ucrania son hoy más que 20.000, un cuarto de los ellos civiles.

Evidencias en juicios penales

El asunto es particularmente importante no sólo para dar algo de alivio a las familias de los que no se encuentran, sino también para tener evidencia en vista de posibles juicios penales en cortes internacionales o ucranianas. Una tarea sobre la que también trabajan expertos en crímenes de guerra de la misión de la Unión Europea en Ucrania, que asimismo participaron en misiones en Bosnia o Kosovo (una petición de entrevista con estos profesionales sobre este tema ha sido rechazada por las autoridades europeas). 

Otros profesionales con experiencia en los Balcanes de la década de los 90, y en los conflictos que se alargaron posteriormente en la región, trabajan también en el sistema de la ONU, por ejemplo, en el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Alto Comisionado para los Refugiados (ACNUR), ONU Mujeres y la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).

Suscríbete para seguir leyendo