“Lo quiero ya, ahora mismo”, ¿Os suena la frase? Como joven que le gusta buscar el origen de todo y actuar siempre pensando en el largo plazo, vivo rodeado de cortoplacistas, cosa que no puedo soportar.

El hecho de emprender la marca de ropa “Giorgio Tara” me he visto obligado a pensar a largo plazo a la hora de invertir, a la hora de hacer campañas publicitarias, a la hora de no precipitarme, etc. Esto me ha ayudado a llevar este pensamiento a todos los ámbitos de mi vida.

Quien no piensa a largo plazo está condenado al fracaso e infelicidad, y digo esto con una gran rotundidad, sin miramiento alguno. Perdón por ser tan agresivo pero creo que es prudente serlo.

¿Cuándo tienes una relación piensas en el ahora, o a largo plazo?, ¿Cuándo estudias una carrera piensas en el ahora o a largo plazo?, y al tomar decisiones importantes, ¿qué razonamiento efectúas?

Me dijo un cura que el “ya” es del demonio, ¡Y cuánta razón tenía¡. Las cosas que valen la pena ,sin excepción, son las que cuestan, las que tienes que luchar día tras día, las que sufres por conseguirlas, las que lloras, incluso… Si esto es así, ¿por qué nos precipitamos a la hora de actuar? Muchos estudios demuestran que quién tienen más paciencia a lo largo de los años le ha ido muchísimo mejor en todos los ámbitos de su vida, profesionales, sentimentales, etc.

Y es que vivimos en un mundo donde se quiere todo ya, donde no se quiere luchar, ni sufrir, una sociedad envuelta de una impaciencia frágil y débil que me hace temblar sólo de pensar como será dentro de unos años.

Esto es un mensaje para todos, en especial para mis queridos jóvenes:

Abrazar la espera, hacéos amigos del sufrimiento, que cada lágrima de desesperación sea vuestro escudo con el que luchar, porque repito, todo lo que vale la pena cuesta.

Desterremos el terrible “ya”, ya veréis en unos años.