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Supersticiones, rituales y amuletos

Supersticiones, rituales y amuletos

Me considero una de aquellas personas que les gusta mantener los mismos rituales partido tras partido. Sobre todo, si el anterior ha ido bien, es decir, por ejemplo si hemos ganado y si a nivel personal he tenido buenas sensaciones.

Y es que los futbolistas, entre otros, posiblemente seamos de los deportistas que tengamos más manías y supersticiones. Varios diccionarios definen la superstición como la fe desmedida en algo sin que medie la lógica o la razón. ¿Cuántas veces hemos visto a Rafa Nadal repetir la misma serie de gestos previos a un saque? ¿O ver a Iker Casillas cortar las mangas de la camiseta o tocar el larguero antes de empezar un partido? ¿O al gran Michael Jordan usando sus pantalones de la Universidad de Carolina del Norte debajo de los de Chicago Bulls?

¿Por qué creemos en las supersticiones? Pues no sabría qué contestar a esa pregunta, pero si no siguiéramos dichos rituales, sentiríamos que nos falta algo. Hay quienes también optan por amuletos. Y no es exclusivo de deportistas, sino que técnicos y afición tampoco se escapan de estas cábalas en busca de la suerte.

Os confieso algunas de las mías; empezar a cambiarme por la pierna izquierda, desayuno pre partido siempre intentando que sea idéntico, usar el mismo top y hacerme unas trenzas en el lado izquierdo de la cabeza.

Como otras muchas compañeras con las que he compartido vestuario y de las cuales no diré nombres; no atarse los cordones de las botas hasta justo antes de salir al campo, usar una cinta de esparadrapo en la muñera con una frase escrita en ella, saltar la última al terreno de juego, hacerlo con el pie derecho, rezar o escuchar las mismas canciones, son algunas de las más comunes.

Y no considero que esto sea malo mientras que no se convierta en una obsesión, sin que no poder realizar alguna de ellas llegue a generar ansiedad. Hay jugadoras a las que incluso les ayuda a estar más concentradas. Las manías están presentes en todos los deportes y, aunque sabemos que eso no va a cambiar el destino de un partido, sino que lo hará nuestra actitud y trabajo, nos sentimos más fuertes llevándolas a cabo.

Por ello, y aunque sigamos creyendo en la magia de las supersticiones, sin entrenar duro no hay éxito. Creamos en el equipo, en las compañeras y el cuerpo técnico porque no hay fuerza más poderosa que esa.

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