Es curioso lo que le está pasando al Levante UD. Hay una antes y un después. No tiene nada que ver el equipo que llegó a semifinales de la copa al actual. La eliminatoria ante el Athletic Club de Bilbao y con ella el no poder acceder a la final, ha cambiado la dinámica positiva que llevaba. Se ha pasado del equipo alegre, que jugaba a marcar goles sin pensar que también podía encajar, tuviera a quien tuviera delante, a un equipo que no ve la portería contraria en todo el partido. Ese Levante que ha sorprendido a los grandes en su propio campo ha desaparecido por completo. Del conjunto fuerte atrás y rápidas salidas a la contra, no queda prácticamente nada. Ahora le hacen un gol, casi siempre por fallos propios más que meritos del contrario, y el partido está casi perdido. No hace muchas jornadas eso no ocurría. Le marcaban sí pero remontaba.

Los aficionados, que pensaban en cotas más altas y ven que de eso nada de nada y menos mal que cuando ha llegado el bajón tiene un colchón interesante para no pasar apuros, aunque tendrá que conseguir los tres puntos de la tranquilidad total cuanto antes mejor se preguntan, ¿Qué le pasa al equipo?. Esa pregunta nos hacemos todos. ¿Tan mal ha sentado la copa como para cambiar el guión y la dinámica del club ‘? No son fáciles las respuestas. Es verdad que todos los equipos sufren un bajón a lo largo de la competición, unos antes otros después. También es cierto que las lesiones y baja forma de algunos jugadores clave, sobre todo en el centro campo, han mermado mucho y han influido en el rendimiento general. Sea por lo que sea lo cierto es que de un tiempo a estas últimas jornadas el equipo alegre que sorprendía a todos, está dejando mucho que desear. Una cosa positiva para mí hay. Paco López lo sabe, lo ha reconocido y no tiene más remedio que intentar arreglar el asunto, tiempo queda para terminar la temporada lo mejor posible.