La tradición dicta que los carnavales deben celebrarse antes de que comience la Cuaresma con el miércoles de ceniza, que se celebra hoy. Sin embargo, con una pandemia mundial azotando los calendarios, el Ayuntamiento de Villar del Arzobispo, la comisión de fiestas y las autoridades sanitarias consideraron que lo mejor sería atrasar una semana esta fiesta de Interés Turístico Autonómico. Dicho y hecho: a partir de mañana, los carnavales de Villar vuelven a llenar de color La Serranía.

Está todo listo para que mañana todo vuelva a ser "normal". La alcaldesa, Maria Ángeles Beaus, asegura a este diario que ya están todos los protocolos de seguridad para cumplir con las medidas contra la covid listos. Solo inquieta una cosa: el pronóstico meteorológico, que prevé lluvias para mañana, el viernes y parte del sábado.

Último carnaval en Villar del Arzobispo

"En el pueblo todo el mundo tiene muchísimas ganas, y aunque la lluvia amenace, la gente está ilusionada", asegura Beaus. La alcaldesa asegura que se ha contratado refuerzos de seguridad, de servicios sanitarios, de bomberos e incluso patrullas de la policía autonómica se desplazarán al municipio serrano. Todo ello quedó organizado en la Junta Local de Seguridad que se organizó hace un mes y que convino retrasar una semana la fiesta para poder celebrar verbenas y algunas actividades que con las restricciones estaban prohibidas.

En ella participó también la comisión de fiestas que este año está formada por 68 personas. La presidenta es Mariví Santiago Cervera, y lo hace por segunda vez en su vida: la primera fue en 1981, cuando ella y su peña decidió reflotar esta fiesta prohibida durante el franquismo.

Cuarenta aniversario de los festejos

En el cuarenta aniversario, que fue en 2021, se decidió que fuera ella quien volviera a presidir los festejos serranos. Un gestor cargado de simbolismo que aprobaron todas las comisiones.

De hecho, este año, de los 68 miembros que integran la junta organizadora, hay personas que ya estuvieron en 2020 y en 2021 que no han querido dejar el cargo al no poder organizar las fiestas el año pasado.

"Aún así, en Villar colabora todo el mundo. Solo en los desfiles participan unas 2.500 personas, este año no se si se mantendrá la cifra por la pandemia y el tiempo, aunque hay muchísimas ganas", afirma Mariví.

Mariví Santiago durante los carnavales de 1982, los primeros tras el franquismo

Mariví Santiago durante los carnavales de 1982, los primeros tras el franquismo

La presidenta asegura que han sido dos años muy duros. "Este año, para la organización, éramos 16 personas y el ayuntamiento tuvo que hacer un llamamiento porque sino era imposible hacerlo. El año pasado ni siquiera podíamos reunirnos, tampoco el diciembre pasado. Nos ha faltado el calor entre nosotros", lamenta.

Llevan más de un mes organizando los cuatro días festivos. Hoy eran las mujeres que componen la asociación de amas de casa las que estaban friendo las longanizas y las morcillas que llenarán los bocadillos de mañana en la gran cena popular. En total serán 1.500 bocadillos.

La cena será posterior a los tradicionales 'churrinazos' que darán la bienvenida al carnaval. Le seguirán las botargas, la cena de bocadillo, la bajada de la morca y una verbena, todo ello en las calles del centro.

Noche de las 'murgas', esta contra la propia alcaldesa, Maria Ángeles Beaus

El viernes será el momento del desfile infantil y por la noche se celebrarán las 'murgas', actuaciones críticas como las famosas chirigotas de Cádiz. El viernes terminará con una verbena hasta las 4 de la madrugada y el sábado se quemará el 'chinchoso' a las 7 de la tarde. Se trata de un personaje al que se quiere eliminar, y todo apunta a que este año podría ser la covid-19.

Le seguirán los 'correfocs' y el entierro de la Morca a las 12, tras lo que se celebrará otra verbena popular.

"Tenemos todos y todas muchas ganas de recuperar nuestra seña de identidad, y como carnavalera que soy, con ilusión de salir a desfilar de nuevo, aunque apelando a la responsabilidad de todo el mundo, pero hay que ir haciendo vida", zanjó la alcaldesa.