El gobierno municipal de Sagunt tendió ayer la mano a Lafarge para negociar un nuevo convenio con la legalidad como principal premisa. A partir de ahí, la portavoz del tripartito, Teresa Garcia, aseguró que se debe buscar la forma de conciliar los intereses de la empresa, de los vecinos de la montaña de Romeu, así como del ayuntamiento.
Entre las opciones que dio la nacionalista para que la cementera siga con su actividad extractiva se encuentran la cantera sobre la que tiene una concesión minera, «después de comprobar el material que todavía tiene disponible», así como otras explotaciones dentro y fuera del término municipal, donde el «impacto paisajístico sea irreversible».