Lafarge se ha convertido en un tema recurrente a la hora de dar la palabra al público durante los plenos de Sagunt. Si los protagonistas hace un mes fueron los vecinos afectados por la cantera del Salt del Llop, ayer fueron los trabajadores quienes reiteraron su preocupación por el futuro de la cementera.
Con el alcalde, Quico Fernández, muy atento a que no se superaran los 5 minutos por intervención, debido, según justificó, a que había muchos turnos solicitados, la tensión subió por momentos, con recriminaciones cruzadas sobre la «vergüenza» causada por las actitudes de unos y otros. Desde la empresa, los trabajadores acusaron de «hipócrita» al gobierno municipal, al tiempo que denunciaba la campaña de «desprestigio» contra la cementera y sus empleados, así como que «nos sentimos perseguidos por la Policía», en referencia a la presencia de gran número de agentes durante una de las protestas.
Mientras la edila del departamento, Roser Maestro, aclaró que ese refuerzo fue «por indicación de Valencia» debido a la presencia de un conseller durante este acto, el comité de empresa leyó un manifiesto en el que mostraba su «indignación» por «el empecinamiento personal» del alcalde en «cerrar una cantera que lleva dando trabajo y riqueza a Sagunto durante 67 años».
Además de criticar también a ADN Morvedre y EU por apoyar a una «partido radical», en referencia a Compromís, los empleados de Lafarge «hacemos un llamamiento de responsabilidad a la oposición para que promueva una moción de censura» que saque de la corporación a un gobierno «que quiere crear más paro».