La proliferación de mosquitos provocada por la subida de las temperaturas tras los últimos episodios de lluvias han vuelto a generar críticas en Sagunt. El problema, que en mayor o menor medida se extiende por todos los núcleos de población, ha llevado al PP a preguntarse qué hace mal el tripartito para que no se le permita la misma fumigación aérea, que recientemente sí se ha autorizado en la provincia de Castelló.
El portavoz de los populares, Sergio Muniesa, apunta que «mientras aquí nos invaden los mosquitos sin reacción del tripartito, un poco más al norte se han tomado medidas, gracias a la presión de los ayuntamientos, los vecinos, los hosteleros y los agricultores». Según anunció el presidente de la diputación hace unos días, estas reivindicaciones se han traducido en la autorización de la dirección general de Salud Pública para realizar tratamientos aéreos en Almenara, Xilxes, la Llosa, Moncofa, Nules, Castelló, Benicàssim, Orpesa, Torreblanca-Cabanes y Peñíscola.
«Esa afirmación es falsa», replica el concejal de Sanidad, Javier Timón, quien añade que «a la única población que se le autorizó fue a Nules. En nuestro caso, en cambio, solicitamos el permiso, pero se nos denegó. No obstante y para paliar la situación, se están realizando, además de los tratamientos habituales, aplicaciones nocturnas, ya que las bajas temperaturas aumentan la efectividad de los productos. Además, se están atendiendo todos y cada uno de los avisos ciudadanos que nos llegan, como es habitual».
A este respecto, Muniesa replica que «los vecinos están cansados de enviar incidencias y es indignante que reciban como respuesta que cuantos más escritos se presenten, más caso les harán. Parece que las llamadas y quejas no son suficientes». El popular lamenta que, frente a esta situación, el gobierno municipal «mire a otro lado sin conseguir un compromiso de colaboración con el resto de administraciones».
Cuestión de salud pública
El portavoz del PP en Sagunt insiste en que estas quejas «no son una novedad, pero se agravan por la falta de acciones preventivas que son esenciales». Así, «se ha creado un problema que va más allá de las molestias que puedan ocasionar las picaduras para convertirse en una cuestión de salud pública», dice en referencia a que algunos vecinos y visitantes han requerido atención médica debido a la gran cantidad de picaduras, según señala Sergio Muniesa.