Para empezar, se encuentra todo el año en el mercado y de forma abundante con lo cual es fácil que sea de calidad.

Además, es uno de los pescados azules con más contenido en omega tres que existen, o sea, uno de los más cardiosaludables. Incluso como conserva es muy recomendable: posee más del doble de calcio que la misma cantidad de leche. A lo anterior hay que sumar su contenido en fósforo, vitamina D, vitamina A, yodo€y unas discretas 150 kcal / 100 g.

Sin olvidar que permite muy diversas preparaciones y aporta proteínas de alta calidad biológica. Asadas, fritas, gratinadas, a la brasa, rellenas o en papillote están divinas. Y es ahora, en verano, cuando están en su mejor momento, con el punto óptimo de grasa. En fin que, por fortuna, aún hay alimentos valiosos y asequibles. Probablemente si su precio fuera el del cotizado atún, se considerarían todo un manjar.

- Una forma fácil de tomar sardinas es asadas, sin espinas, abiertas y aderezadas con una picada de ajo, perejil y pan tostado y un chorrito de aceite.

- Por su tamaño discreto, aporta menos metales pesados y tóxicos que pescados más voluminosos como el atún o el pez espada.

- Son muy recomendables para personas con problemas cardiovasculares y para quienes precisan dosis extras de calcio y no pueden o no quieren tomar lácteos.