No hay un plato más emblemático de la gastronomía valenciana que la paella. Ha traspasado fronteras y ejemplifica como ninguno la riqueza y variedad de la dieta mediterránea y, en función de las diferentes comarcas valencianas en las que se elabore, recoge algunos ingredientes o pequeñas singularidades que le aportan un sabor especial.

Es el caso de esta receta, que además de pollo y conejo también lleva costillas de cerdo y un majado lleno de sabor hecho a partir del hígado de conejo y el azafrán. En el caso de las verduras, además del garrofó y de las judía plana, también lleva alcachofas, ajetes y tirabeques, junto al sofrito de tomate y ajo.