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Tú y yo somos tres

La crítica de Monegal: Piqueras confía en Alessandro Salem, de Borja Prado ni pío

Se retira después de 17 años siendo la imagen, el rostro, la personalidad más icónica de los Informativos Telecinco

Pedro Piqueras, en el ‘Chester’ de Risto.

Ha decidido Pedro Piqueras despedirse de Mediaset sentándose en el sofá ‘Chester’ de Risto (Cuatro). Se retira después de 17 años siendo la imagen, el rostro, la personalidad más icónica de los Informativos Telecinco. Lideró las audiencias durante más de una década. Ha sido una conversación interesantísima. Por lo que dijo, y por lo que evitó decir.

Comentó Piqueras la que ha sido siempre su línea de conducta como periodista: "No relacionarme nunca con la política salvo profesionalmente, es decir, no tener relaciones personales con el medio político". Ejemplar medida. Hoy es habitual ver que ‘el progreso’ del periodista suele ser directamente proporcional a la sumisión respecto de una disciplina partidista. Risto le preguntó qué opina de la tremenda caída de audiencia del imperio televisivo en el que ambos se cobijan. ¡Ah! No se suele abordar casi nunca la debacle de un tinglado televisivo desde el tinglado mismo. Se calla y se disimula. Piqueras entró al trapo y citó, con esperanza, la figura del consejero delegado de Mediaset Alessandro Salem. Dijo: "Está apostando por los informativos", y añadió: "¡Ha traído un decorado magnífico!".

¡Ahh! Piqueras, aún siendo de Albacete, a veces tiene disfrutables golpes de humor ‘british’. Sabe bien Piqueras que no es el envoltorio lo que define un informativo. Se define por lo que enseña y dice, y también por lo que manipula u oculta. Piqueras y su equipo han sufrido años de indiferencia despreciativa por parte de la anterior cúpula de Paolo Vasile. No quería periodismo, solo quería el ‘show’ de sus despendoladas estrellitas ‘deluxe’.

Se marcha Piqueras y su esperanza reside en los dos nombres que cita: Alessandro Salem pilotando el imperio, y el fichaje del periodista Carlos Franganillo. Sobre el presidente Borja Prado, prácticamente ya destituido, no ha dicho ni pío. Silencio significativo. A pesar de ser un fiel ‘berlusconiano’ –ayudó a Berlusconi en ingenierías financieras multimillonarias– los errores de Prado en Mediaset han sido clamorosos. En lugar de ejercer una presidencia con sabiduría sutil, se ha precipitado en el barro del maniqueísmo: los malos, los buenos, y una manifiesta sumisión política. Acaba de publicar ‘El Confidencial Digital’ que lo que Prado pretendía era dar un giro a la cadena para que Feijóo pudiera ganar las elecciones. ¡Ah! A sus errores en el barro maniqueísta suma una muy mala puntería.

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