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¿Traca final de un ciclo?

Cada día tiene su afán, pero hay afanes que son de todos los días, y logran que la gente prosiga afanosa en ellos, pase lo que pase, sin importar cambios meteorológicos, climáticos, ideológicos y hasta cósmicos. El de construir es uno de tales afanes humanos. Por eso, el macroproyecto en Los Monegros, plasmación en grado sublime y absoluto de la idea de construir, ha deslumbrado a todo el mundo. Si la crisis en ciernes no se lo lleva por delante no habrá ya quien lo pare, pero al menos deberíamos conocer al detalle sus costes ambientales, paisajísticos, energéticos, hidrográficos e infraestructurales. No se planta una cosa así en medio del desierto, colonizando con sus propias leyes un enorme territorio, como un meteorito que cae del cielo. En hacer al menos un estudio de impacto concienzudo y sin trucos España se juega su crédito como país avanzado, o, simplemente, serio.

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