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¿Crisis económica o democrática?

María José Navarro

En estos momentos en que todo el mundo habla de crisis, no seremos los padres los que digamos que la crisis no existe, ya que ahí está, pero posiblemente debiéramos hablar de crisis en un sentido mucho más amplio ya que, después de padecer los recortes de la Conselleria de Educación respecto a la participación de la comunidad educativa en el CEV y a las subvenciones destinadas tanto al funcionamiento de las asociaciones de madres y padres como a las que se ofrecen a las federaciones y confederaciones para hacer formación para nuestros asociados, no cabe otro planteamiento que el preguntarnos si la crisis es sólo económica o existe otra crisis menos visible, pero más perjudicial que sería la crisis democrática que padecemos en esta comunidad.

El recorte en las subvenciones ha sido mayor para las destinadas a las confederaciones y federaciones que representan a la escuela pública (¡qué casualidad!) que para las de la privada. Que el recorte se iba a producir estaba claro debido a la crisis, y según este argumento no podemos más que apretarnos el cinturón para poder seguir ofreciendo a los padres y madres la formación que merecen, pero, no se puede dejar de pensar que precisamente durante el curso pasado se produjeron las manifestaciones más multitudinarias exigiendo una escuela pública de calidad.

El recorte en el Consejo Escolar Valenciano aparece en un momento en que ninguna organización perteneciente al mismo reclama esta modificación, pero que pleno tras pleno se deja patente que la mayoría de la comunidad educativa no está de acuerdo con los planteamientos que allí se hacen, así el decreto de Derechos y Deberes, el de la Autoridad del Profesorado o la nueva ley de la composición del CEV no fueron aprobados en los plenos celebrados para ello. El último recorte es el de la lengua, ya que de manera soslayada se ha intentado que pasara desapercibida la modificación del artículo 10 de la LUEV, (venía incluido en el decreto de Elección de Directores, como una disposición final) en el que los Programas de Incorporación Progresiva pasarán a ser, si nadie lo evita, «programas de más de lo mismo», ya que sólo se podrán dar en nuestra lengua el valenciano y el Coneiximent del Medi. ¿Se puede recortar algo más con el pretexto de la crisis? Sí que estamos padeciendo una grave crisis, pero no es económica sino de calidad democrática que difícilmente podremos superar si los ciudadanos no nos sacudimos esa pereza eterna que llevamos a cuestas para llamar a las cosas por su nombre.

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