Esta vez, los españoles no seremos tan afortunados como en el año 2004, porque el fenómeno sólo será visible al amanecer en condiciones aceptables desde Baleares y el noreste de la Península, pero el próximo 6 de junio hay un acontecimiento cósmico que no volverá a repetirse hasta dentro de 105 años: Venus, el Lucero del Alba, emprende su segundo y último tránsito por el Sol del siglo XX. Desde la perspectiva de la Tierra, nuestro vecino planeta paseará por delante del astro rey durante varias horas, privilegio que sólo comparte con Mercurio, ya que los demás planetas, al tener órbitas exteriores, nunca pueden pasar entre nosotros y el Sol. Pero Venus sí lo hace, aunque merced a la mecánica celeste la periodicidad es un tanto caprichosa, lo que explica que el anterior tránsito lo observáramos en junio de 2004 y el siguiente no suceda hasta diciembre de 2117. Para los observadores que puedan seguirlo íntegramente desde otros lugares del mundo (el Pacífico será la zona más favorable), Venus aparecerá ante el disco iluminado del Sol como una bola negra de pequeño tamaño y se moverá, en un lapso de más de seis horas, de un extremo a otro del astro rey hasta desaparecer de la vista al emerger fuera del limbo solar.

Para quienes estén interesados en observar el tránsito de Venus por el Sol del próximo 6 de junio aconsejo que se informen bien, ya que en España sólo se verá aceptablemente desde Baleares, Cataluña y los Pirineos. En la Comunitat Valenciana, si el cielo está despejado, podrá verse únicamente la parte final del tránsito. El problema es que el fenómeno comenzará minutos después de la medianoche (hora oficial) y se desarrollará durante la madrugada del día 6, es decir, cuando todavía es de noche en España y el Sol no ha salido por el horizonte, concluyendo en torno a las 6.30 horas oficiales del mismo día. El instante medio del tránsito está previsto en plena madrugada, hacia las 3.30 hora oficial aproximadamente, por lo que desde España sólo será posible ver la parte final, una vez que haya amanecido, y únicamente desde las comunidades situadas en el este. En Galicia y el resto de la vertiente occidental no podrá verse. Todos estos datos han sido facilitados por el Observatorio Astronómico Nacional, cuya página web (www.oan.es) deberían visitar las personas interesadas para conocer los detalles del acontecimiento.

La mejor forma de observar el tránsito de Venus es con un telescopio pequeño dotado de un buen filtro solar. Nunca deben orientarse un telescopio, unos prismáticos o cualquier instrumento óptico sin filtro hacia el Sol, ya que se pueden sufrir graves lesiones en los ojos o, incluso, la ceguera. Tampoco se debe mirar directamente al Sol con nuestros ojos. Si alguien dispone de las gafas-filtro que se usan en los eclipses de Sol puede intentar ver el tránsito a simple vista, pero nunca a ojo desnudo sin protección. Es posible que en este caso las personas de gran agudeza visual puedan ver con las gafas solares un pequeño punto negro (Venus) desfilando por el disco solar. Los telescopios, en cambio, son el mejor recurso. Dotados de un buen filtro, incluso a pocos aumentos mostrarán el fenómeno en detalle. A lo largo de la historia los observadores han descrito efectos visuales de interés que se producen en estos tránsitos, como la gota negra que forman Venus y el Sol durante la inmersión y la emersión.

El intervalo entre dos tránsitos de Venus es bastante caprichoso y se rige por la siguiente secuencia: 105 años, 8 años, 121 y 8 años nuevamente. El intervalo entre los tránsitos de 2004 y 2012 corresponde a la última parte del ciclo, por lo que el siguiente tardará 105 años, de ahí que no se produzca hasta el año 2117. Después de éste habrá tránsitos en los años 2125, 2247 y 2255. A causa de esta pauta de intervalos no hubo ningún tránsito de Venus en el siglo XX, por lo que en el año 2004 se recibió con gran expectación este fenómeno, ya que el anterior fue el de diciembre de 1882. Asimismo, el tránsito del 8 de junio de 2004 fue seguido por millones de personas en todo el mundo, incluida España, donde el buen tiempo permitió que el fenómeno pudiera contemplarse íntegramente. En la Comunitat Valenciana. observatorios como el de la Universitat de València y numerosas asociaciones de aficionados a la astronomía utilizaron sistemas telescópicos de proyección para que la gente de la calle pudiera asistir al fenómeno, lo que supuso un extraordinario éxito. El 6 de junio próximo, las cosas no serán tan fáciles porque la hora es muy desfavorable. El hecho de que el tránsito concluya al amanecer en España no sólo implica un buen madrugón, sino también que el Sol estará muy bajo sobre el horizonte, lo que dificultará la observación.

Los tránsitos de Mercurio son más frecuentes que los de Venus, aunque menos espectaculares. Este siglo habrá un total de 14 si incluimos los que se produjeron en 2003 y 2006. Los siguientes ocurrirán en mayo de 2016 y noviembre de 2019. Dentro del Sistema Solar, los tránsitos de Mercurio y Venus son, junto a los eclipses de Sol y Luna, fenómenos periódicos para los que la astronomía ya conoce las fechas en las que ocurrirán durante los próximos siglos. También se conocen las órbitas de muchos cometas periódicos, como el Halley, que después de su visita de 1986 regresará en el año 2061. Sin embargo, los cometas orbitan a millones el Sistema Solar, algunos con órbitas de sólo unos años, pero otros regresan al cabo de siglos o milenios, por lo que muchos son desconocidos y aparecen repentinamente, como hicieron el Hyakutake y el Hale-Bopp en la década de los 90 del siglo pasado. Podemos predecir eclipses solares y lunares o los paseos de Mercurio y Venus por delante del Sol, pero no sabemos cuándo nos va a visitar la mayoría de los cometas, esas bolas de nieve sucia €en palabras de Fred L. Whipple€ que guardan los secretos del origen del Sistema Solar y cuyo majestuoso aspecto en el firmamento ha influido sobre la humanidad como pocos acontecimientos celestes.

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