­ Los medios de comunicación nos han mostrado imágenes de los efectos de la sequía que se vive en California desde hace años. En realidad es una gran secuencia seca que se inició en 2011 y que ahora a alcanzado su punto culminante, debido a que el pasado invierno, muy frío y nivoso en la costa este de los Estados Unidos, fue muy cálido y poco lluvioso en el otro extremo del país. La causa última es que la nieves fueron muy escasas en las cadenas montañosas del estado de California, que son una fuente de agua esencial para el abastecimiento de las ciudades y el regadío del Estado más rico del país. El resultado es que ha tenido que aplicarse cortes de agua en muchos condados. Y ha comenzado también allí el debate de las soluciones. Como en España, trasvases o desaladoras. Recuerdo que hace unos años, cuando se intentaba justificar aquí el trasvase del Ebro se traían expertos californianos para defender los trasvases que allí han sido solución, pero ahora muestran su debilidad porque cuando la sequía es aguda no hay recursos que trasvasar. Y mientras tanto en la ciudad de San Diego se construye una macrodesaladora para garantizar el abastecimiento. Eran años en los que había recursos económicos para mantener engañada a la sociedad española con una solución que no es solución. La sequía es un riesgo silencioso pero constante. Poco a poco va ampliando su área de influencia. Y cuando alcanza fuerte intensidad los recursos de agua son muy pocos incluso en las cuencas cedentes. Y surgen los conflictos y las guerras del agua. En algunas zonas de España llevamos en condiciones de sequía desde 2013 y a fecha de hoy la extensión de áreas con lluvias muy por debajo de lo normal se ha extendido desde el sureste hacia la mitad sur peninsular. Y nos seguimos tirando los trastos de si trasvases o desaladoras. Ahora que vienen las elecciones autonómicas vuelve el debate. Los políticos seguirán engañando a valencianos y murcianos prometiendo un trasvase del Ebro que nunca se hará. Mientras tanto hay desaladoras construidas y paradas, algunas innecesarias, aguas depuradas que no se reutilizan y escasos ejemplos de prácticas de gestión de la demanda. Y la sequía va avanzando.