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¡Identifíquese!

A una vetarana de la política no le pueden perder las formas. Pero a Rita Barberá siempre le han perdido y últimamente más. Ella no ha sido nunca de habilidades florentinas „ni en el hemiciclo municipal ni en la calle„ y quizás de ahí su tirón popular. Pero además, su arrogancia se ha trocado en susto y cobardía cuando las encuestas han empezado a darle la espalda de forma ostensible. Como muestra, dos botones: su actitud intimidante „«voy a hacer que la identifiquen»„ el lunes con una ciudadana que la increpó en un mercadillo y su huída de la discusión plural, como quedó anoche en evidencia en el debate electoral en Levante TV al que envió a su número dos, incapaz de enfrentarse en buena lid con sus adversarios. Dos actitudes alejadas de los comportamientos democráticos que se le suponen a quien es, pese a todo, alcaldesa de Valencia.

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