Hay que ver lo que le cambia la vida a una cuando entra en la treintena. Cambian los planes, el horario de quedadas y, si me apura, incluso los amigos. Donde éramos 6 ahora somos 8, y en aumento. Es lo que pasa cuando a un grupo de amigos comienzan a llegar los bebés. Y no me vaya a malinterpretar, que adoro a esos renacuajos que han llegado a mi vida gracias a mis amigas. Por ellos ma-to.
Lo que no llevo del todo bien es cambiar las conversaciones de zorrupias por charlas de mamás, cuando una todavía no lo es. De repente, la más parlanchina del grupo, o sea yo, se queda sin tema de conversación. Las quedadas de sábado noche en un lugar de moda se adelantan unas cuantas horas a un parque de bolas, y a una le entra el estrés. Afortunadamente esto no me pasa con las que son mis mejores amigas, entre nosotras continuamos hablando de todas las barbaridades que usted pueda imaginar...
Y ante tal panorama, veo este fin de semana una película que resume a la perfección lo que les cuento. Una divertida Naomi Watss y un siempre cómico Ben Stiller protagonizan «Mientras seamos jóvenes». La pareja de actores da vida a un matrimonio que ha entrado en la cuarentena sin haber concebido ningún retoño, mientras todo su alrededor ha formado ya una familia. Sin quererlo, sus planes comienzan a no encajar con lo que hasta ahora habían sido sus amigos.
Reticentes a renunciar a la espontaneidad y la juventud, Watts y Stiller se juntan con una peculiar pareja de veinteañeros con los que vivirán situaciones dignas de película. Film con risas aseguradas. No se la pierda.