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De aquel triunfo y de los fracasos

Televisión Española ha echado el resto promocionando «Operación Triunfo: el Reencuentro» y de paso el morbo por ver juntos de nuevo a David Bisbal y Chenoa. Después de meses de preparativos y rumores de ausencias, todos los concursantes han acudido a la llamada de la nostalgia quince años después. Y la verdad es que sí, nos hemos fijado en la frialdad de Bisbal hacia su ex novia, cómo no. El que fue chico de los rizos de oro llega el último, con salto incluido. Pero apenas hay beso de cortesía a Chenoa y el más exitoso de los «triunfitos» se apaga, distante e incómodo en la fiesta. Es lo más comentado, pero lo más interesante de reunir a los dieciséis participantes de aquella primera y realmente triunfal «Operación Triunfo» es que algunos de ellos explican ahora cómo han digerido el fracaso, la caída desde la burbuja más alta de popularidad imaginable.

«El crepúsculo de los dioses» es un clásico en el mundo del arte y la farándula. Aquel programa fue un fenómeno televisivo enorme y probablemente irrepetible, porque la inocencia ante las cámaras y la espontaneidad se pierden a partir de la segunda edición, también el interés. Se conjuraron los astros para que un grupo de jóvenes desconocidos fueran capaces de reunir a familias enteras ante la tele, llenar estadios y vender discos simplemente haciendo versiones de canciones. En tres meses se convirtieron en estrellas famosas de gira por España. ¿Y luego qué? El documental también enfoca las sombras que siguieron al apagón de los focos. Curioso que suenen de fondo fantásticas canciones de «Kings of Convenience» o «Bon Iver» que jamás se plantearían cantar en OT.

ROSA LÓPEZ. Aquella Rosa de España, es el paradigma del concurso. La joven que ahora cuenta a cámara que no estaba preparada para aquello ni siquiera se parece a la que entró en la academia. Reconoce sus carencias emocionales e intelectuales para afrontar lo que se le vino encima. Su sinceridad tiene más valor ahora que muchas horas de reality, cuando explica que se siente igualmente alejada de sus orígenes y del mundo en el que se ha metido. Fue la ganadora, cantó en Eurovisión, grabó un disco lujosamente producido... Pero no triunfó. Bisbal y Bustamante sí lo han conseguido. Y en menor medida Chenoa, Manu Tenorio o Laura Fergó. Ningún programa ha dado tanto a sus participantes. Pero al valenciano Alejandro o a Geno les ha tocado conformarse con vivir de la música alejados del éxito. Y Álex no ha conseguido ni eso y explica su frustración. Ahora se puede contar y es lo más valioso de este reencuentro: la otra cara de la moneda televisiva, la oscura.

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