A primera vista, y a segunda, la historia con final feliz de Jimena y Shaza, en el año 17 del siglo XXI, no tiene nada que ver con la tragedia amorosa de Romeo y Julieta que Skakespeare escribe a finales del XVI, recreando romances medievales nutridos con Las Metamorfosis en las que Ovidio recoge tragedias de Sófocles y Jenofonte escritas en el V y IV a.C. Los amantes de Verona, paradigma trágico del amor romántico refrito en la literatura, el teatro, la ópera y el cine, han alimentado hasta el empacho el imaginario sentimental de muchas generaciones de hombres y mujeres de Occidente hasta el siglo XX.

Pero el programa Libros con uasabi, emitido el pasado domingo en la 2 (RTVE), con la tertulia de Fernando Sánchez Dragó, Ayanta Barilli, Anna Grau y Elia Rodríguez con Javier Gomá, fue el aperitivo que, junto con la conversación en los postres de la comida familiar en el día de la Madre, propició una tercera vista sobre la riesgosa peripecia por varios países de dos amantes (chicas) en la vida real, y el mortal y famoso equívoco de un chico y una chica en la ficción de dos familias enfrentadas en la Italia del siglo XIV. La remirada tiene un enfoque que puede ser original o manido pero, en cualquier caso, me permito compartirlo con las/os lectoras/es de LEVANTE-EMV:

La tertulia televisiva se centró en el último libro de Gomá, titulado La imagen de tu vida, que resume su Tetralogía sobre la ejemplaridad. Ejemplaridad que, como su contrario, dice Gomá, siempre es pública porque todas las personas somos públicas cuando actuamos ante alguien, sea(n) una persona o muchas, en la casa, la calle o el planeta (por los medios o redes). Y entre los temas de la conversación familiar no faltó la referencia a Jimena Rico, la chica hispano-argentina residente en Málaga, y a Shaza Ismail, su novia egipcia, quienes se habían conocido y enamorado en Londres.

No voy a repetir lo que ha trascendido a nivel global de la privada odisea de la pareja desde Dubai (Emiratos Árabes), hasta Estambul, pasando por Tiflis (Georgia) y Samsun (Turquía), huyendo de las amenazas de un padre y el rechazo de una sociedad con la tradición machista de la religión musulmana, que puede ser tan arcaica e inhumana como la cristiana, pero que, como en la Europa de la Inquisición, en países de Africa, Asia y Oriente Medio, el lesbianismo, la homosexualidad o la transexualidad son motivo de persecución e, incluso, muerte.

En la Verona de hoy -aldea planetaria-, los Capuleto y los Montesco son grupos humanos formados por 7.000 millones de personas, cruzados por desigualdades económicas, sociales, culturales, religiosas y territoriales. Como entonces, lo sublime y lo indigno coexisten -tantas veces invisibles- en la cotidianidad, y hay autoridades paternas o nacionales que están por el diálogo y la paz o por la imposición y la guerra. El Papa Francisco es émulo atemperado de Fray Lorenzo; como Trump o Le Pen lo son de los instigadores de la enemistad entre las familias veronesas.

Falta el Shakespeare que escriba el relato de las Julieta y Romeo del XXI reinterpretando las tertulias de Sócrates y Aspasia en casa de Pericles; y las/os políticas/os que asuman y actualicen el Diálogo entre Civilizaciones planteado por visionarias/os de Occidente y Oriente para identificar, compartir y desarrollar hilos enredables para la salvación de la especie y el planeta, como pueden ser los del ecofeminismo, el ecosocialismo y la biocivilización.