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Otro terrorismo

Ya hace tiempo que nos vienen machacando con opiniones de políticos al uso o de economistas pretendidamente entendidos en economía nacional, sobre las pensiones. Opiniones alarmantes en cualquier caso, sobre la dificultad de mantener el sistema actual, alegando que es costoso, que no se recauda lo suficiente o que la duración media de la vida se ha alargado, por lo que se propone de forma general la reducción de las pensiones o bien se aboga por la desaparición del sistema.

El último quindam incorporado a esta teoría ha sido el gobernador del Banco de España, quien sin venir a cuento ni ser un especialista en la materia, se permitió plantear en su intervención ante el Congreso la reducción de las pensiones al 40 % del sueldo medio para la generación en activo hoy. Esto, si el entorno económico es «muy favorable»; en caso contrario, podría ser peor y esto lo dice en un análisis de los principales retos y perspectivas de la economía española.

Es evidente que comulga con gran devoción en la teoría del capitalismo financiero/ especulativo, pasando olímpicamente de la economía productiva, que se desarrolla gracias al trabajo. Así, hay que recortar el gasto público, pues se reducen las pensiones y menos mal que no propone la eliminación de los pensionistas que estén más de cinco años percibiendo su pensión.

Me pregunto qué pasaría si se plantease una consulta popular preguntando qué se considera más apropiado eliminar o bien reducir del presupuesto nacional como gasto publico, por ejemplo entre: las pensiones en general; las pensiones específicas de los políticos en ejercicio del gobierno y de los altos ejecutivos de la banca y grandes corporaciones; la participación en la OTAN; la financiación de los partidos políticos; las prestaciones para la supervivencia de los bancos; el incremento del presupuesto del Ministerio de Defensa; el Senado y su presupuesto; las diputaciones provinciales y sus presupuestos; la monarquía y su presupuesto.

Pero no, Luis Linde no se ha molestado en plantear soluciones alternativas, respetando los derechos de los españoles. Incluso ha propuesto incrementar las comisiones bancarias como una fuente alternativa de recursos para mejorar esa economía que no se le cae de la boca, que no sabemos a quien beneficia si no es a los de siempre.

Está claro, este señor estaría más presentable calladito. Que se dedique a vigilar y controlar a los bancos, sus excesos y sus inventos financieros, como por ejemplo las cláusulas suelo en las hipotecas, y que deje de hablar de lo que no entiende, especialmente cuando se trata de los derechos adquiridos por los trabajadores a lo largo de 40/50 años de trabajo con el que la economía española alcanzara en su momento un nivel digno, a pesar de atender al pago de las pensiones. Por cierto, ¿cuánto le van a adjudicar a él cuando se retire de su cargo de gobernador del Banco de España?

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