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La anomalía térmica de Europa Occidental y Escandinavia en invierno

En un libro de Geografía que me regalaron cuando era un niño, en los años 80, constan las anomalías térmicas de Europa Occidental y Escandinavia respecto la temperatura media de la misma latitud en invierno. En Gran Bretaña la anomalía es de 18 ºC y en Escandinavia es de 24 ºC. Estas anomalías se deben a varios factores, la velocidad del viento es elevada como consecuencia de las potentes perturbaciones que afectan el océano Atlántico. Cuando el viento sopla con intensidad y procede del mar las temperaturas son relativamente altas en latitudes medias y elevadas en invierno. La persistencia de los vientos del oeste es otro factor que hace que los inviernos en estas zonas sean mucho más dulces que en el este del continente euroasiático y el subcontinente de América del Norte, ya que el viento no procede de tierra que está fría en invierno, sino del océano que tiene una superficie mucho más cálida. El oceanites del clima de esta parte de Europa es mucho más importante que en las zonas costeras de Siberia Oriental, Canadá y Estados Unidos por este motivo. Finalmente mencionaremos el efecto de las corrientes marinas en la temperatura. En el caso de Europa tenemos la corriente del Golfo que implica una transferencia de calor desde latitudes bajas hasta elevadas, ya que su influencia llega hasta el océano Glacial Ártico. al norte de Noruega. En cambio en la costa oriental de Norteamérica hay la corriente fría del Labrador que viene del norte, desde Groenlandia, lo que implica inviernos más duros en Nueva York que en Londres a pesar de estar a una latitud 11º inferior (40, 5º versus 51,5ºN).

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