En sólo un par de décadas España ha pasado de ser uno de los países europeos con menor número de planetarios a contar con más de una treintena, algunos de ellos entre los más notables del continente, tanto por el tamaño de sus enormes cúpulas como por el destacado papel que desempeñan en el campo de la divulgación científica, al acercar la astronomía a la gente de la calle de la forma más amena y fascinante que podamos imaginar. Observar el cielo en plena naturaleza, durante una noche estrellada, constituye una experiencia única, pero también lo es asistir a una sesión en un planetario, una opción especialmente atractiva en nuestros viajes de vacaciones. La gente que conozco y ha vivido esa experiencia sale encantada, ya que además de suponer un descubrimiento inesperado, para muchos se enciende repentinamente la chispa que despierta su interés por la observación del cielo o el conocimiento del Universo; un viaje de iniciación que abre una nueva meta en la vida que hasta ese momento no formaba parte de sus intereses personales. Junto a la espectacularidad de las recreaciones cósmicas, en ello está influyendo claramente la gran labor divulgativa de algunos de nuestros principales planetarios, entre ellos no sólo el de la Ciudad de las Ciencias de Valencia, sino también ejemplos como los de Madrid y Pamplona, con programas repletos de actividades para todos los públicos y un importante compromiso en la difusión de la astronomía a través las redes sociales e internet. O el de A Coruña, que en 1985 abrió valientemente sus puertas en una época en la que la apuesta cultural y científica por este tipo de instalaciones era anecdótica en España, a pesar de que en otros países ya estaba consolidada desde mediados del siglo XX. Además de los nombres ya mencionados, Alicante, Barcelona, Cádiz, Castelló, Cuenca, Granada, Las Palmas, Málaga, Murcia, Santa Cruz de Tenerife, Santander, Valladolid y otras ciudades españolas cuentan con un planetario, y si el conocimiento del cielo es una de nuestras asignaturas pendientes, siempre es una buena idea incluir una visita a uno de ellos entre las actividades de nuestros viajes. Puede encontrarse una gran variedad de programas, incluidas películas que dejarán al espectador clavado en la butaca, pero además de ellas siempre aconsejo que se asista a alguna sesión astronómica, ya que gracias a ellas, casi de un plumazo, empezarán a esclarecerse conceptos básicos acerca del Universo y el movimiento y la naturaleza de planetas, estrellas y galaxias, que hasta ese primer viaje en un planetario nos resultaban muy difíciles de comprender.