Una navidad más podremos ver durante el día de hoy imágenes de nuestras playas con gente tomando el sol e incluso algún valiente dándose un chapuzón, ya durante estos últimos días en la red de la Associació Valenciana de Meteorologia (AVAMET) se ha venido midiendo temperaturas de más de 20 grados en zonas de litoral y mañana no será una excepción. Y es que excepto la situación pasajera de la ciclogénesis de la borrasca Flora el 13 de diciembre el resto de mes ha tenido una marcada componente estable que le ha puesto el contrapunto a la inestabilidad habida durante los meses anteriores.

Y es que excepto contadas y sonadas excepciones como la Nevà grossa de la navidad de 1926 se cuentan casi que con los dedos de una mano las navidades en las que la nieve ha sorprendido de forma general nuestro pequeño rincón a orillas del mediterráneo. Para que se pueda ver una nevada, las condiciones meteorológicas que se tendrían que dar deberían hacer coincidir una entrada fría con una advección de humedad procedente del Mediterráneo. La coincidencia de ambas, por simple física y dinámica meteorológica, es muy difícil en nuestra ubicación. Porqué por una parte tenemos que el aire cuanto más frío tiene menor capacidad de retener humedad y por otra; aún más importante, que en nuestras latitudes el viento húmedo y frío solo puede venir desde el Este o Noreste y el mar Mediterráneo no alcanza su temperatura más baja hasta finales de Enero y Febrero, con lo que se necesita que la entrada fría sea aún más importante si queremos nieve en Navidad. Pero por si esto no fuera poco, en nuestras latitudes el viento más común es el ponente, cuyas características más comunes son las opuestas a las requeridas por una nevada. Además, la lejanía de la masa fría en origen, requiere un largo periodo de tiempo sin ponientes empujando de nuevo el aire frio hacia Asia.

En definitiva, la climatología de nuestro entorno no miente, aquello de la blanca navidad para nuestro entorno no es más que el eco de la tradición anglosajona de latitudes más altas donde la nieve no falta en navidad. Para nosotros, si acaso, puede asimilarse más al dorado blanquecino de nuestras playas que no al blanco inmaculado de la nieve.