Como cada septiembre, el Parlamento Europeo ha realizado recientemente una sesión exclusiva para abordar el futuro europeo inmediato, analizando el plan de acción de la Comisión Europea. Se trata del debate sobre el estado de la Unión Europea, liderado por la presidenta Ursula von der Leyen, quien ha presentado el balance de los logros del año anterior y las prioridades de la Comisión -el Ejecutivo europeo- para el próximo ejercicio.

En los últimos años hemos experimentado numerosos retos y desafíos como las políticas migratorias, el cambio climático y el brexit, pero lo cierto es que el debate tiene lugar en un momento de incertidumbre, en el que Europa se enfrenta a una de las mayores crisis sanitaria y económica de su historia. La pandemia del coronavirus sigue afectando considerablemente a todos y cada uno de los ciudadanos europeos.

Además, el evento anual coincide con las negociaciones de las instituciones sobre el marco financiero plurianual, también llamado presupuesto de la UE a largo plazo, hasta 2027. Políticas sanitarias, reducción de emisiones y progresión social serían las tres grandes líneas de prioridades.

Gracias al Mecanismo de Protección Civil de la UE fue posible el trasladar personal y material sanitario entre los Estados miembros. Sin embargo, la pandemia mostró las debilidades de una Unión fragmentada, ya que algunos países reaccionaron demasiado tarde y otros bloquearon las exportaciones de equipos de protección sanitario a otros Estados miembros. La jefa del Ejecutivo europeo abogó por que la UE tenga las competencias necesarias en materia sanitaria para una mejor coordinación entre los países.

También se propuso una resolución para hacer frente a la falta de medicamentos mediante fomento de la fabricación local y la creación de una nueva agencia para la investigación y el desarrollo biomédico. Todo ello junto a un aumento de 6.200 millones de euros en el presupuesto de este año para hacer frente a la crisis y acelerar la distribución de vacunas. Sin duda alguna, la mitigación de la pandemia para la seguridad de los ciudadanos europeos será el elemento prioritario para los próximos 12 meses.

Von der Leyen recordó el gran tema con el que inició su mandato, el medio ambiente, instando elevar al menos al 55 % la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero para 2030, con el objetivo final de hacer de la UE el primer continente climáticamente neutro para 2050 y cumplir los objetivos del Pacto Verde Europeo. Se pretende avanzar hacia un modelo económico más respetuoso con el entorno, incluyendo, por ejemplo, el transporte marítimo en el Sistema de Comercio de Emisiones europeo o haciendo que los automóviles respeten los límites de emisión en condiciones reales de conducción.

En otro orden de asuntos, para salvaguardar los derechos humanos, la presidenta de la Comisión se enorgullece de que la UE sea un ejemplo a nivel internacional, pero necesita las herramientas adecuadas para actuar y luchar contra el racismo y la incitación al odio, como las ‘zonas libres de LGBTQI’ en Polonia o mejorar la vida de los refugiados del campamento de Moria.

Particularmente, la Comisión propone sustituir la norma de voto por unanimidad por otra de mayoría cualificada, para hacer de la UE un actor más eficaz en el ámbito internacional. En cuanto a la política exterior, se habló sobre el frade electoral en las elecciones presidenciales de Bielorrusia y se condenaron las acciones de Turquía en Grecia y Chipre.

Debido a las restricciones forzosas impuestas por la covid-19 para frenar la expansión del virus, se aprobó el plan Next Generation EU de 750.000 millones de euros para la reactivación económica. Un gran avance es que la recuperación ha de financiarse de forma sostenible por los gigantes tecnológicos, evasores de impuestos, grandes contaminadores o corporaciones multinacionales, y no acabará suponiendo un lastre para la siguiente generación. Además, von der Leyen ha propuesto que todos los países de la UE establezcan un marco para el salario mínimo y que se asuma un mayor liderazgo en la transformación digital, especialmente en datos, tecnología e infraestructura.

Los eurodiputados apoyaron en gran medida muchas de las nuevas iniciativas anunciadas, pero también destacaron otras áreas en las que la UE debería centrarse como las futuras relaciones entre la UE y el Reino Unido, o el apoyo a la cultura. En los próximos meses podremos observar cómo la comisión inicia las negociaciones para algunas de estas propuestas, y cuál será el papel del Consejo y del Parlamento en el éxito, o no, de las mismas.

«El futuro será lo que hagamos con él. Y Europa será lo que queremos que sea. Deberíamos dejar de intentar destruirla y trabajar para construirla, hacerla más fuerte y construir el mundo en el que queremos vivir», argumenta Ursula von der Leyen. Y no se puede estar más de acuerdo. Pero recordemos estos compromisos para seguir su cumplimiento y debatir qué se queda en el tintero durante esta gran y permanente tarea de todos, la construcción europea.