Nos han explicado que el Mediterráneo es la cuna de la civilización occidental, ha representado a lo largo de la historia un lugar de encuentro, de trasiego comercial, de mezcla de razas, colores y costumbres y también de guerra. Miles de años cambiando las grandes civilizaciones e imperios de orilla a orilla: Egipto, Fenicia, Grecia, Cartago, Roma, Al -Andalus, el Renacimiento... Sin embargo, por lo que hoy reconocemos principalmente a este mar es por las imágenes del dolor de personas que huyen de la represión, de la miseria, de la inseguridad, que mueren porque nadie les ayuda. Atrapados por la necesidad, por las mafias y por la actitud de los herederos del Mediterráneo histórico, o sea, Europa.

La Europa que fue responsable de millones de muertos en las guerras fratricidas, que generó bestias como Hitler, Musolini o Franco. Hoy se nos presenta con una superioridad moral hipócrita que deja morir a miles de personas simplemente por su autoprotección egoísta que olvida lo que fue el Mediterráneo y lo que debemos a la otra orilla.

Hoy podemos analizar con perspectiva la intervención occidental en el norte de África y más al sur. Un auténtico desastre: Estados destrozados, sin democracia, rotos por la guerra, por el hambre... Siria, Irak, Libia, Argelia, Mauritania, Marruecos, Túnez y más allá Afganistán, área subsahariana... se han convertido en lugares de sufrimiento extremo.

Sin embargo, a los europeos nadie les indica qué grado de responsabilidad tienen en la actual situación y qué deuda, en consecuencia, se tiene con quienes viven en estos territorios y con quienes quieren escapar de sus miserias para alcanzar algún proyecto de vida al que tienen derecho como seres humanos.

Existen migraciones individualizadas de personas que mejoran su estatus con sus contrataciones o negocios, deportistas de todos los colores, gente que completa sus estudios, etcétera. Sobre esta migración ningún inconveniente, brazos abiertos. Pero, por otra parte, hay migraciones desesperadas, urgentes, de niños y niñas, de madres y padres desesperados, de jóvenes sin ninguna esperanza, que deciden arriesgar sus vidas lanzándose al Mediterráneo con la probabilidad de morir en el intento, o acabar siendo tratados como delincuentes. Este tipo de migración es condenada y utilizada políticamente para sustentar de nuevo ideologías fascistas en la Europa civilizada. Sí, la Europa civilizada de millones de muertos en sus guerras internas.

Basta de superioridad moral y ética, basta de racismo y xenofobia, basta de irresponsabilidad europea. Europa tiene una población de más de 740 millones de personas de las cuales unos 500 millones pertenecen a la Unión Europea. Con estos números, ¿de verdad la gente de las pateras es un peligro para los europeos? ¿Dónde están los planes para alcanzar paz y estabilidad en el norte de África? ¿Dónde están los planes ayuda a todos los países africanos? Algunos datos de interés: un misil Tomahawk cuesta 750.000 euros; un avión Eurofighter Typhoon tiene un costo de más de 100 millones de euros, sin contar los miles de millones invertidos en el proyecto; el casco del piloto del avión F35C está en 400.000 dólares...

Podríamos añadir números y números que demostrarían que con otros enfoques y criterios, las muertes en el Mediterráneo, cuna de la civilización occidental, desaparecerían de un plumazo y la perspectiva de vida de millones de personas sería muy diferente.

Sirva este escrito como denuncia de las miserias europeas. Y España es Europa.