Ciudadanos ha jugado bien su carta y lo ha hecho en mi opinión muy bien hasta el último momento, tendiendo la mano a Pedro Sánchez para que no dependiera de los votos de los independentistas y los batasunos, sin embargo, se ha impuesto la tesis de Iglesias y ha preferido el acuerdo con los que quieren romper España antes que con los constitucionalistas.

El partido de Inés Arrimadas votará finalmente no a los PGE, tras las cesiones a EH Bildu y ERC. Sánchez no ha contemplado ninguna de las propuestas de la formación naranja, como era que el castellano continuara como lengua vehicular en Cataluña, y no ha hecho objeciones a las propuestas de ERC, como es acabar con lo que ellos llaman el “paraíso fiscal de Madrid”. Sorprende, sin embargo, que esta armonización fiscal que reclaman, lo haga un partido como ERC, que si se ha caracterizado por algo es precisamente por su insolidaridad.

Ya no hay excusas que valgan. Al final se ha impuesto el bloque de la investidura que era lo que quería Pablo Iglesias con EH Bildu y ERC.

La posición de EH Bildu apoyando los PGE es clara y Otegui no se ha andado por las ramas. Es un paso necesario para conseguir la república vasca y lo mismo cabe decir de ERC. Ese es su único objetivo: la independencia. Qué dinero se destine a gasto social o a otras partidas presupuestarias, les importa bien poco.

La cuestión es cómo un partido como el PSOE se presta al desmembramiento de España que es lo que quieren sus socios de gobierno, donde la gobernabilidad del país les importa un carajo.

Digo yo, que alguna explicación tendrá que dar el señor Pedro Sánchez a los miles de votantes socialistas que confiaron en su palabra cuando dijo que con EH Bildu ni a la vuelta de la esquina y al final se han convertido en socios determinantes.

Pablo Iglesias debe estar satisfecho porque ha vuelto a conseguir lo que quería: rodearse de partidos como EH Bildu y ERC que permiten, a priori ,agotar la legislatura y dejar fuera de liza a Ciudadanos, que era un socio incómodo.

Quien realmente sale reforzado en todo este asunto es el señor Pablo Iglesias que muy hábilmente va perfilando su hoja de ruta. La misma que diseñó cuando apoyó la investidura de Pedro Sánchez y que no es otra que acabar con la monarquía parlamentaria, que es el siguiente paso que tiene en mente, con el beneplácito del señor Sánchez, que ya sabemos que es capaz de lo que sea con tal de aferrarse al sillón presidencial.