De nuevo la vertiente mediterránea ha sido golpeada por un nuevo episodio de lluvias que localmente han sido muy fuertes, aunque en general la intensidad no ha superado al extraordinario episodio de hace unas semanas, en los que se registraron más de 400 l/m2 en algunos municipios de las Riberas. Y al igual que en aquella ocasión, de nuevo una Borrasca Fría Aislada (BFA) ha sido la precursora de la inestabilidad. De nuevo el término de DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) apareció de forma errónea, como pasa últimamente, asociándose erróneamente a lluvias de consecuencias catastróficas. Y también tenemos la gota fría, cada vez más olvidada, aunque ahora mismo la gente se asusta más al escuchar DANA que gota fría. Estos conceptos, y sobre todo los dos últimos, son complicados de entender para la ciudadanía, porque parece que hablemos de cosas distintas. En realidad podríamos considerar a las DANAs o las BFAs como partes del ciclo de vida de una gota fría. De nuevo salió a la palestra sobre cuál debe ser el término que se debe de usar para comunicar alguna situación potencialmente adversa. Yo como mediterráneo siempre me he decantado por el de gota fría, y más ahora, en un tiempo en los que los recursos digitales y las redes sociales facilitan mucho la labor de comunicación. Ahora mismo es muy fácil enseñar a la población gracias a los mapas de altura la formación de esa gota fría, que simplemente es una baja desprendida en altura y que se puede aislar de la circulación del oeste. Entre meteorólogos y climatólogos o en el mundo académico no veo mal utilizar estos conceptos, pero no suelen ser entendidos por el conjunto de la sociedad. Ya hemos visto lo que ha pasado con la DANA. En fin, en mi opinión, gota fría o episodio/temporal mediterráneo creo que son las mejores opciones para facilitar la comunicación de estos eventos.