Vivimos en un momento de constante incertidumbre, sobrepasados por los efectos de esta terrible pandemia. Sin embargo, es importante que en nuestra agenda no olvidemos fechas significativas y que siempre hemos celebrado, quizás en esta ocasión de una forma diferente, pero con la misma intensidad e ilusión. Así sucedió el pasado 25N con el Día internacional contra la violencia hacía las mujeres, donde la sociedad española volvió a responder a este llamamiento y se visibilizó de nuevo una reivindicación del todo necesaria.

Como sabemos, el próximo 3 de diciembre se celebra el Día internacional de las personas con discapacidad, que fue declarado en 1992 por la Asamblea General de las Naciones Unidas mediante la resolución 47/3. Este año lleva por tema la “Participación y el liderazgo de las personas con discapacidad: Agenda de Desarrollo 2030”, centrado en el empoderamiento de las personas con discapacidad para su desarrollo inclusivo, equitativo y sostenible. Además, la UNESCO ha querido significar la situación de especial vulnerabilidad en la que el COVID-19 ha dejado a este colectivo, programando toda una serie de actos para reclamar a los Estados una respuesta inmediata e inclusiva a la crisis.

En España se ha avanzado mucho desde que se aprobara la Convención Internacional de las Personas con Discapacidad. Por poner un ejemplo referido a la más reciente actualidad, podemos citar la aprobación por el Congreso de la eliminación de la esterilización forzada de las personas con discapacidad; los avances que se están produciendo en el ámbito de la protección de los derechos de estas personas en el ámbito de los procedimientos judiciales, ya sean de las víctimas o victimarias; la reforma que se está trabajando sobre el Código Civil y que influirá decisivamente en la mejor autonomía y desarrollo de determinadas personas con discapacidad; e incluso las reformas para emplear un lenguaje más inclusivo, como la modificación de la Constitución o el diccionario de la RAE, donde definitivamente se desterrará el término minusválidos para referirse a las personas con discapacidad.

El reconocimiento y proyección de sus derechos sigue estando muy presente a nivel social, jurídico y político. Incluso en estos últimos meses, donde todo se ha ralentizado por la situación de excepcionalidad vivida, hemos visto que se ha seguido luchando de forma decidida en este ámbito. Un año más, y los 365 días que lo conforman, las personas con discapacidad, sus familias, las entidades y los profesionales que trabajamos en este sector seguiremos apostando por la igualdad, el diálogo como instrumento imprescindible en todas las políticas sociales y la defensa de sus derechos.