Hoy, 26 de enero, es el Día Mundial de la Educación Ambiental y en Imedes tenemos mucho que celebrar. Tenemos que celebrar que cada vez son más las personas y entidades con las que trabajamos que apuestan por una educación ambiental de calidad. Que comprenden que para asegurar la calidad de las actividades de educación ambiental es necesario hacer posible la profesionalización de las personas que trabajan en este campo.

Entienden que las actividades de educación ambiental deben ser transformadoras y que, para ello, deben replantear las bases de nuestra sociedad y nuestra forma actual de vida. Lo que a veces puede resultar incómodo, pero siempre necesario para lograr los objetivos de la educación ambiental.

Pero también, es un día para reivindicar que todavía queda mucho camino por recorrer para que la sociedad es general y muchas instituciones entiendan la importancia de contar con profesionales de la educación ambiental que sientan pasión por su trabajo, estén bien formados para poder realizarlo correctamente y que esto se refleje en sus condiciones de trabajo. La crisis ambiental requiere de soluciones globales pero también de actuaciones individuales que necesitamos conocer y para las que debemos estar sensibilizadas y concienciadas sobre la importancia de implicarnos cada persona en su ámbito más cercano. Y para ello, la educación ambiental es imprescindible.

Muchas gracias a todas las personas que colaboran con nosotros en los proyectos de educación ambiental que con tanto cariño, vocación y profesionalidad intentamos realizar.