El devenir del tiempo ha hecho que 2020 nos haya dejado, por fin, y que el ciclo de los días y semanas avancen de manera lenta, a veces, pero siempre inexorable. No hace demasiado que transitamos por este aún dubitativo 2021 y nos llega el Año Nuevo Chino. Sí, han leído bien, este 12 de febrero de nuestro almanaque gregoriano se celebra en China, y en todo el mundo, la llamada Fiesta de la Primavera. Es decir, la llegada de un nuevo año tradicional muy lejano en el tiempo, concretamente el 4719, que es donde hunde sus raíces la civilización china.

Esta anualidad que comienza hoy, y que se alargará hasta el 31 de enero de 2022, estará regida por el buey. Es el segundo animal de la serie de doce que componen el horóscopo chino y adopta el elemento de la naturaleza metal, representado en esta ocasión por el oro. Este metal precioso, por sí mismo, ya simboliza los buenos auspicios que esperamos nos devuelva este año. El buey, animal considerado yin por la astrología china, tendrá al 1 y al 4 como a sus números de la suerte y al blanco, amarillo y verde como sus colores primordiales. Se le asocia también con las flores del tulipán, la gloria de la mañana y la del melocotón.

La tradición astrológica china atribuye a quienes nacen en años del buey, los más recientes en 1925-1937-1949-1961-1973-1985-1997-2009, algunas de las virtudes de este animal como, por ejemplo, resolución, voluntariedad, ambición, cuidado, paciencia u obstinación. Aman la amistad, a la familia, y el trabajo bien hecho. Son personas a las que se las distingue por ser una buena fuente de consejos sinceros. No les falta ingenio y les gusta ser líderes. Aunque su forma de realizar una tarea pueda ser lenta y metódica, también son capaces de grandes cosas y nunca pierden de vista sus metas. Su energía es interminable y son muy conscientes de los detalles, por eso prefieren hacerlo todo bien desde la primera vez.

Más allá de la certidumbre de todo ello, que no se sustenta más que en la costumbre y la tradición oral, el calendario lunisolar chino es el más largo registro cronológico de la historia. Data de la época del mítico emperador Amarillo y está regido por complejas combinaciones astronómicas. Un ciclo completo, de los doce animales combinados con los cinco elementos de la naturaleza, dura un total de 60 años porque se compone de cinco ciclos simples de 12 años cada uno. El actual ciclo en el que nos encontramos se inició el 2 de febrero de 1984 y finalizará el 29 de enero de 2044.

El Instituto Confucio de la Universitat de València (ICUV), desde hace más de una década regala su ya conocido calendario que integra las festividades propias de nuestra cultura y las de China. Lo recibirán gratuitamente mañana sábado con su ejemplar de Levante-EMV, un diario que ya ha convertido en tradición felicitar el Año Nuevo Chino en su portada, como viene haciendo desde 2017. Y aunque esta edición, por motivo de la situación sanitaria, no será posible celebrar en las calles la que iba a ser la X Gran Cabalgata, hemos trabajado, junto con las asociaciones de empresarios chinos en nuestra comunidad así como con el ayuntamiento de la ciudad, en diversas actividades en formato ‘online’ para tratar de acercar la lengua, la cultura y la civilización chinas.

Durante esta semana se han sucedido charlas, talleres y conferencias, para público adulto e infantil, donde se han desvelado todos los detalles de las celebraciones que envuelven a la Fiesta de la Primavera, así como sus tradiciones, simbología o interpretaciones diversas. Ha sido un programa a distancia, elaborado por el ICUV para una situación excepcional porque, a pesar de todo, no ha decrecido el interés por la lengua y la cultura chinas en la Comunitat Valenciana. Son ya más de 13 años empeñados en servir como puente cultural y de entendimiento entre ambas comunidades, la valenciana y la china. Y transitamos todo ese tiempo por el camino del diálogo y del enriquecimiento cultural. Les deseo, pues, un ¡feliz Año Nuevo Chino del buey!