Si alguna vez has tenido la oportunidad de viajar a Nueva York y adentrarte en el famoso barrio de Chinatown, con toda seguridad resonará todavía en tu cabeza esa musiquilla proclamada delante de cada comercio, en cada esquina: “Handbags,handbags, watches, watches!!!”

O lo que es lo mismo: “Bolsos, bolsos,relojes, relojes.”

Chinatown, todo el mundo lo sabe, es especialmente conocida por tres cosas: por el rodaje de escenas de películas normalmente de acción muy conocidas, lo cual no tiene mérito porque Nueva York es en sí un gran plató de cine; en segundo lugar por su oferta gastronómica, claro que hoy en día qué ciudad no tiene restaurantes chinos; y por supuesto por ser el rincón ideal para aquellos turistas que quieran llevarse como souvenir las mejores imitaciones (no diré falsificaciones) de los bolsos y relojes más lujosos y top del momento.

No es un top manta, que quede claro. Es un sistema sofisticado en el que en las puertas de los locales hay un “promotor” como en los restauranteS cazando turistas y una vez entras en un comercio minúsculo como tapadera y si estás interesado en piezas de lujo ya te pasan a una trastienda donde parece que te adentres en una tienda top del barrio de Salamanca de Madrid: eso sí, repleta de imitaciones.

Pues ahora resulta que nuestro gobierno municipal está promoviendo crear un Chinatown en Valencia.

La verdad es que hasta ahora habían tenido ocurrencias como dejar sin poder aparcar por la noche en el carril bus y fastidiar a restaurantes y ocio nocturno; dejar un carril en la calle Colón para vehículos particulares fastidiando a vecinos, profesionales del reparto y comercio; realizar una Cabalgata de Reyes en plena pandemia; o gastarse 10 millones de euros en cambiar marquesinas de autobús justo ahora que lo que necesitan nuestras familias, autónomos y pymes es que se les ayude. ¿Tan urgente era realizar ese gasto en este momento?

Resulta que el ayuntamiento dejó el año pasado sin ejecutar el 57% de las inversiones presupuestadas en los barrios y pedanías de Valencia, como denunció la portavoz del PP, María José Catalá; tiene casi todas las instalaciones deportivas de gestión indirecta con los contratos prorrogados, algunas incluso más de cuatro años, con el deterioro en las mismas que se está generando; observa con cierta displicencia cómo el Valencia CF lleva 12 años con un estadio paralizado en una de las entradas principales de nuestra ciudad (el gobierno actual lleva ya 6 años); y mientras no tiene claro si apoyar que el Puerto de Valencia, que es una de las principales palancas de nuestra economía, siga creciendo pero por el contrario aprueban la construcción de un nuevo macro centro comercial en nuestra ciudad, como si no hubiesen ya.

A mi juicio la falta de ideas del gobierno actual responde a que lo que les movía para llegar a gobernar era el rencor, las ganas de desalojar a un gobierno y a una Alcaldesa que les había ganado cinco elecciones seguidas de forma democrática y para ello lo utilizaron todo.

Estos días, mucha gente se ha indignado porque un asesor de Compromis se burlaba de la Virgen de los Desamparados olvidando éste que el equipo de gobierno lo es para todos, los que le votan y los que no. Es más, me consta que a más de un militante y votante de Compromis católico o al menos devoto de “ la Verge” no le hizo ninguna gracia.

Pero a los que tenemos algo de memoria no nos puede sorprender el nivel exhibido de tolerancia a los demás, pues el actual concejal Grezzi, siendo asesor de Ribó en la oposición, un día vistió una camiseta en la que se había dibujado él mismo atizándole con un látigo a la entonces alcaldesa Rita Barberá. Un juzgado dictaminó entonces que era libertad de expresión.

¿Alguien puede imaginar hoy día que un concejal o asesor del PP (ya no digo de VOX) se levantara con pie torcido y hiciese lo propio con una ministra, alcaldesa o alto cargo socialista o de Podemos, Compromis…?

Pues este llegar sin saber para qué más que para desalojar, buscar debajo de las alfombras, aplicar revanchas , etc, nos lleva a que la ausencia de ideas y equipos (salvo alguna honrosa excepción) haga de nuestro Ayuntamiento una suerte de ruleta de la fortuna en la que cada día una ocurrencia pueda ser tomada en serio como un gran proyecto de ciudad.

Pero es que además, justo en el año de la pandemia, con la muerte y ruina económica que la misma ha generado y con las dudas que existen, por no decir la opacidad del gobierno de China como ha expresado la OMS sobre el origen del virus, no se nos ocurre otra cosa que levantar un barrio chino en nuestra ciudad. ¿Un homenaje a la cultura china?

Si me lo permiten, puestos a hermanarnos o a homenajear a alguna cultura pues yo también tengo ocurrencias: ¿Por qué no hacemos la “pequeña Habana“ en el Cabañal, ya que nuestros lazos culturales y sentimentales están más unidos al pueblo cubano? Puestos a rehabilitar algún barrio de la ciudad y darle contenido cultural y económico…

En fin, nuestra ciudad necesita proyecto, ideas de futuro, y desde luego no ocurrencias.

Me conformo con que se ocupen nuestro Alcalde y concejales de mimar sus barrios y pedanías, de ejecutar el presupuesto municipal y de ser esa institución próxima que soluciona los problemas de nuestros vecinos y comerciantes, no la que los genera.