En los últimos años, hemos llegado a la conclusión que en la Comunitat Valenciana, cuando hablamos de infraestructuras, todo cuesta más. Ahora hablamos de los fondos de recuperación y resiliencia, que vienen de Europa, y que esperamos vengan a paliar, al menos en parte, el déficit histórico de inversiones en nuestra comunidad.

Hace poco, Pedro Saura, secretario de Estado de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana de Infraestructuras, nos confesaba que había descubierto que todas las autonomías estaban mal tratadas, en alusión a las reivindicaciones que unos y otros hacen permanentemente a Madrid. No se yo el resto de autonomías, pero que la nuestra ha sido permanentemente maltratada lo podemos afirmar objetivamente. Solo hace falta ver que si en los últimos diez años el Estado hubiera dedicado a la Comunitat sólo la media por habitante de las inversiones que se han regionalizado, nos habrían correspondido cerca de ocho mil millones más de lo que realmente se nos ha destinado, reafirmando la realidad de nuestra queja.

Este déficit de inversiones ha resultado en la falta de finalización o de ejecución de infraestructuras que son indispensables para la economía de nuestra comunidad y por ende de toda España; conclusión norte de la CV10 en Castelló, ampliación de la A7 en Alicante, conexiones ferroviarias de las tres provincias y de sus puertos, el corredor mediterráneo o el eje cántabro-mediterráneo o la adecuación de la red de cercanías, por mencionar los más evidentes. ¡Ojo! Todas ellas disponen de proyecto y estudios, e incluso están ejecutándose, pero a paso de tortuga, con el riesgo de que cuando se finalicen, ya estén obsoletas.

Pero si hay un caso paradigmático de la lentitud de las inversiones en la Comunitat, es la circunvalación de València. Una de las carreteras con más tráfico de España y la primera en porcentaje de tráfico pesado, cuya ampliación aguarda en los cajones desde hace más de ocho años, y sólo para los tramos centrales (desde la CV32 a A3).

Es cierto que los fondos europeos no contemplan las infraestructuras lineales entre sus objetivos directos, pues apuestan por potenciar otros sistemas de movilidad. Pero no es menos cierto que el proyecto de desdoblamiento del baipás de València supone la eliminación de un nudo de congestión que genera pérdidas de competitividad en el sector industrial de la provincia, pérdida de tiempo y de calidad de vida de los valencianos y emisiones ineficientes de CO2, provocando además que se opte por itinerarios alternativos que llegan incluso a discurrir por el centro de las poblaciones colindantes, aumentando los riesgos de accidentes y empeorando las condiciones de habitabilidad de la zona. Así que este proyecto de desdoblamiento no deja de ser un ejemplo de movilidad sostenible y mejora medio ambiental, que es uno de los objetivos fundamentales del ministerio y de los objetivos que Europa pretende alcanzar.

Así que, ya sea por fondos europeos, fondos propios, o colaboración público-privada, no se entendería que se finalizara el periodo de recuperación y esta infraestructura no se hubiera concluido, salvo que no se quiera romper la tradición histórica de no invertir en la Comunitat Valenciana.

Además, no deberían ejecutarse únicamente los tramos centrales del baipás, sino que se debería estar ya estudiando y proyectando el resto del trazado para adelantarnos a los tiempos y evitar que nos vuelva a pasar lo que siempre nos ha pasado. He de decir que me constan personalmente los esfuerzos que realiza con este fin José Vicente Pedrola, en la demarcación de carreteras del Estado en València, pero no es suficiente. Este objetivo se debe convertir en el objetivo de todos los estamentos del Estado y de nuestra autonomía.

Por todo lo expuesto, los valencianos y Fecoval debemos reivindicar más que nunca la ejecución de la ampliación del baipás sin más retrasos, ni excusas. Desde Fecoval hemos apoyado siempre todas las iniciativas que se han lanzado para mejorar nuestras condiciones de vida como ciudadanos, y la competitividad de las empresas, como es el caso de #QUIEROCORREDOR impulsado por AVE. Ahora añadimos, con la misma convicción, #QuieroByPass.