El Gobierno de España impulsó ayer un nuevo tiempo entre España y Cataluña tras aprobar unos indultos que nos permitirán avanzar hacia la concordia y la convivencia. Sin duda, ha llegado el momento de dar pasos que nos permitan volver a la reconciliación. Es la hora del reencuentro, de atraer y acordar, de estar a la altura tras unas circunstancias excepcionales, con una pandemia que nos ha puesto al límite y una realidad territorial a la que la política no ha sabido dar respuestas hasta ahora.

Empezar de nuevo

La agenda del reencuentro es una prioridad para el Gobierno de España junto a la gestión de la pandemia y la recuperación económica. La Administración central y las comunidades autónomas estamos cumpliendo con la resolución de la emergencia sanitaria, las cifras de vacunación son incuestionables y todos los indicadores apuntan a una recuperación inminente.

Esta cooperación territorial en la peor crisis sanitaria de los últimos cien años sólo puede obtener como respuesta una renovación de nuestro modelo territorial que corrija su mal encaje en el sistema y reconozca las singularidades. Aceptémonos, la Constitución reconoce la diversidad de nuestro país, no dividamos más al pueblo español porque eso solo nos conduce a un pasado terrible. Debemos unir a las personas, no separarlas. Y hemos demostrado que podemos superar retos comunes mediante el diálogo y el acuerdo, tenemos una magnífica oportunidad por delante para volver a hacerlo.

Encarada la crisis sanitaria, es el momento de la agenda del reencuentro en Cataluña. El indulto es el recurso más sensato del que dispone nuestro orden jurídico y la Constitución para avanzar hacia la reconciliación y el sentido común. Todas las personas que vivimos dentro o fuera de Cataluña defendemos esa concordia, especialmente importante para el pueblo valenciano por los lazos que nos unen.

No es el momento de la venganza. Con el paso del tiempo, ésta será uno de las decisiones más trascendentales que recordará la historia: España y Cataluña se abrazaron en un abrazo que perdurará. Cada uno deberá elegir en qué bando estará, el PP debe elegir entre el reencuentro o la división de España, entre seguir dejando la identidad de la derecha en manos de Vox o recuperar su espíritu de la Transición. La respuesta generosa del Estado para favorecer la reconciliación no debe ser una cuestión de partidos, es una cuestión de sentido común. De ‘seny’. Busquemos de una vez un proyecto de país que nos represente a todas y a todos. El Gobierno de España ha decidido afrontar este problema y apoyar los indultos es lo más constitucional que podemos hacer, pues la confrontación no ha servido para absolutamente nada. Estoy convencida de que la excarcelación de estas nueve personas servirá para abrir una nueva etapa de diálogo con Cataluña que beneficiará a la Comunitat Valenciana. Como destacó el presidente Pedro Sánchez en el Liceu de Barcelona, «no podemos empezar de cero, pero podemos empezar de nuevo».

Solo mirando al futuro seguiremos adelante, el rencor es el pasado. Ahora, lo importante es acabar con la crispación, dejar atrás ese clima de venganza que no lleva a ninguna parte, y volver a la política, de donde nunca tendríamos que haber salido. Esa es nuestra hoja de ruta, cueste lo que cueste. España no se va a romper y la sociedad lo va a entender, pues la vía del diálogo es la única respuesta posible para los demócratas. Y este es el momento más oportuno, hagamos de esta España imperfecta un Estado cada vez más perfecto. Empecemos de nuevo.