La tasa rosa, o impuesto rosa, es el precio extra de los productos destinados a la higiene femenina, en comparación con aquellos para el masculino con las mismas características y prestaciones. Se llama así porque la única diferenciación aparente entre esos productos es que los destinados a ellas son de color rosa o tienen un nombre específico. El colectivo feminista francés Georgette Sand comenzó a utilizar el término en 2014, extendiéndose por el mundo desde entonces como un plano más en la lucha por la igualdad de género. 

Por esa razón, muchas mujeres consumen productos aparentemente para hombres sabiendo que son igual de útiles pero más baratos. Los productos de higiene personal, como desodorantes, geles o perfumes, encarecen las cestas de supermercado de las mujeres. Pero también son más caros los servicios de peluquería o tintorería, los juguetes infantiles, el material escolar o la ropa cuando son productos de una misma marca y categoría dirigidos al mercado femenino.

La ONU ha pedido eliminar la tasa rosa porque dificulta el empoderamiento de mujeres y niñas. Además, el Parlamento Europeo publicó en 2018 el informe ‘Igualdad de género y políticas fiscales en la UE’, en el que instaba a los países de la Unión a suprimirla. El informe proponía que los productos de higiene menstrual estuviesen en espacios públicos de manera gratuita para acabar con la «pobreza de la menstruación» y que las mujeres tuviesen acceso a ellos al margen de su nivel económico. Escocia fue el primer territorio del mundo en aplicar la medida en noviembre de 2020. Sin embargo, algunos países aún aplican impuestos muy elevados a los productos sanitarios para la menstruación, como Dinamarca, Croacia o Hungría, donde el IVA para estos productos está por encima del 25 %. De poco han servido las lamentaciones del Parlamento Europeo de que los productos higiénicos femeninos «aún no se consideren productos básicos en todos los Estados miembros».

La tasa rosa no debe confundirse con la ‘tasa tampón’, el impuesto con el que se gravan los productos de higiene menstrual, como tampones, compresas o copas menstruales, cuando no se consideran bienes de primera necesidad. En España, por ejemplo, tienen un IVA del 10 %, en lugar del 4 % asociado a los bienes básicos esenciales. Quince países han adoptado la medida de reducción de impuestos a estos productos: cinco africanos y otros como el Reino Unido, Australia, Canadá, India, Jamaica o Líbano, y diez estados en Estados Unidos. Por su parte, el Ejecutivo de Pedro Sánchez calculó que con la rebaja del IVA a los productos femeninos del 10 % al 4 % se dejarían de recaudar 18 millones de euros según su plan presupuestario para 2019. Esta cifra suponía el 0,028 % de los 63.647 millones de euros que ingresaron por el conjunto del IVA en 2017.

Desde la Confederación de Asociaciones Vecinales de la Comunitat Valenciana hemos asumido la propuesta del Área de Igualdad de realizar una intensiva campaña de concienciación ciudadana contra la tasa rosa y que se consideren estos productos como bienes básicos esenciales, porque afecta a la mitad de nuestra población, tanto del país como a nivel europeo. Si a esto se le añade que los índices de pobreza han aumentado debido a la pandemia y que las mujeres son las que acumulan mayor tasa de desempleo y situaciones de vulnerabilidad, creemos imprescindible exigir a las grandes empresas que reduzcan las diferencias de precio a los productos femeninos, así como al Gobierno la reducción inmediata del IVA aplicado a estos artículos, para que la higiene menstrual no sea otra discriminación a la que enfrentarse por el hecho de ser mujer.

Se ha puesto en marcha una campaña de recogida de firmas vía change.org, pero no nos quedaremos ahí. Todos nuestros esfuerzos irán dirigidos a establecer alianzas con los sindicatos y organizaciones de consumidores, con entidades feministas y con cualquier asociación ciudadana que manifieste su interés, que culminen en una moción conjunta que se someta a aprobación en la mayoría de nuestros municipios, diputaciones y las Corts para elevar la petición al Gobierno de España hasta llegar al objetivo. Sin duda, lo lograremos.