Imagina una persona que ha sufrido un ictus o una lesión traumatológica. Para recuperarse, acude a un centro sanitario especializado para que «le rehabiliten». Pero cuidado, el paciente ya no es un «sujeto pasivo» al que se le aplican tratamientos. Los fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales necesitamos conseguir que el paciente participe en la terapia, que realice activamente los ejercicios.

Este proceso rehabilitador puede prolongarse durante meses y muchas veces resulta complicado mantener la adherencia al tratamiento. ¡La tasa de abandono en rehabilitación está en torno a un 65%! Por eso, es fundamental contar con estrategias que favorezcan la participación del paciente y nos ayuden a aumentar su motivación. Tanto en pacientes pediátricos como en adultos, el juego es una poderosa herramienta para la rehabilitación.

El uso de videojuegos en fisioterapia ha ido creciendo exponencialmente en la última década y ahora podemos encontrar numerosas publicaciones científicas que nos hablan sobre este tema. La rehabilitación en el siglo XXI se beneficia de las nuevas tecnologías y, sobre todo, debería tener en cuenta tres características.

El primero es que sea accesible y asequible: no necesariamente debe implicar una gran inversión, por ejemplo, es posible aprovechar los recursos disponibles en el centro de rehabilitación o en el hogar (ordenadores, televisores, tablets, videoconsolas…) . También debe ser motivante: para facilitar la participación activa del paciente. En este sentido, la gamificación (el uso de juegos) en la terapia es una herramienta muy poderosa.

Y por último, tiene que ser medible: necesitamos objetivar el tratamiento, conocer cuál ha sido la evolución del paciente, medir parámetros concretos que nos permitan realizar un seguimiento y cuantificar la terapia. Otra exigencia que en estos tiempos se ha hecho más evidente es la necesidad de poder rehabilitar a distancia, desde el domicilio y sin tener que acudir al centro de rehabilitación. Hoy en día es posible facilitar tanto el pautado, como la realización del tratamiento, como el posterior seguimiento de la evolución del paciente a distancia, a través de un software de rehabilitación profesional.

Las nuevas tecnologías han llegado para quedarse y para hacernos la vida más fácil, aunque como todo cambio, conlleva resistencias.