“Me hice vegano cuando vi un documental en el que se veía como mataban una vaca; cualquiera que sea vegano o vegetariano tendría que hacer activismo alguna vez”. Guillermo de treinta y cinco años es “uno de los organizadores de Valencia Animal Save”. Burgalés residente en Valencia ha vivido en Inglaterra. “En Inglaterra llevan ya desde los años noventa, hay muchos grupos, más activos, más productos veganos en supermercados”. En retrospectiva reconoce que “hace años la gente no lo entendía, ahora lo entienden más, depende de la gente”. Imágenes en ordenadores portátiles y pantallas conciencian en instruyen durante la acción realizada junto a la catedral de Valencia.

¿Veganismo incontestable? “Mucha gente te intenta hacer que pienses que te estás perdiendo algo”, añade Guillermo. En reuniones amistosas “aportas comida, tu queso vegano, tu salchicha vegana, puedes comer lo mismo de una forma más compasiva”.

Baño electrificado para aves y  dióxido de carbono para cerdos les atormentan en mataderos como falaz cumplimiento al requisito de aturdimiento de la normativa que entró en vigor en diciembre de dos mil diecinueve. En ritos religiosos alimentarios ni tan siquiera aturden a las víctimas. En España el veintiocho por ciento de los setecientos mataderos existentes matan así a los animales para la exportación y el mercado nacional en dicho sector consumidor. ¿Aturdimiento previo y supervisión veterinaria en matanzas caseras?  

“Se lo comenté a mi madre” lo de ser vegana, comenta Micaela una adolescente de diecisiete años. A lo que su madre le respondería: “Si eso, cuando seas un poco más mayor. Con dieciséis años le volví a preguntar: ¿Podría dejar de comer carne? Me dijo que sí, pasado un mes me informé, no me quedaría palo, no me voy a morir”. Micaela estudia bachillerato y paseando por la calle del Micalet contemplaba la Concienciación animal realizada por la organización perteneciente al movimiento internacional The Save Movement que, en Die in, muestran “la realidad que los animales viven cada día en la industria”. En piscifactorías europeas mil millones de peces mueren anualmente asfixiados estando conscientes. En alta mar agonizan ensangrentando las cubiertas.

“No sabía nada de los mataderos y se me rompe el corazón”. La joven Micaela, llorando, recuerda “la cara de los animales, ¡cómo se sentía el dolor en sus ojos!”.

Chillidos, lágrimas, gemidos.

Sierras, espadas, cortadores de pescuezo, de rectos, extractores de espinas, cizallas, cortadoras de cuernos, desolladoras, inmovilizadoras de bajo voltaje, cortadora de patas, sierras corta pecho. Amplio arsenal de utensilios de facturación multinacional surte los mataderos.

¿Y la tauromaquia? “¿Cómo es que les cabe en la cabeza que es cultura? Nunca he estado interesada, nunca he ido a ver los toros en la plaza, no nunca, no voy a ir, a mis padres les da igual y me alegro mucho de que no les guste” apunta la misma joven.

¿Existe implementación de menús veganos en colegios?

“Aquí en la Comunidad Valenciana  se arregló, pero están luchando en el País Vasco, están habiendo problemas”.  Diego Nevado, activista, agradece en este punto la labor llevada a cabo por FEUMVE (Familias Unidas por un Menú Vegano) y su responsable Rosa Más. ¿Por qué tal problemática cuando hay menús escolares que “se hacen por religiones, por alergias”? cuestiona el organizador de manifestaciones en Alfafar contra aberraciones taurinas como la denominada “cagà del manso”. Agujeros negros del clientelismo político.

Natalie Portman actriz, vegetariana. Pink, cantante y bailarina, activista de PETA (Personas por el Trato Ético de los Animales). Paul McCartney, músico y excomponente de The Beatles, vegetariano. Moby músico electrónico, vegano. Kim Bassinger actriz y activista: “Si pudieras sentir o ver el sufrimiento no lo pensarías dos veces”. Drew Barrymore actriz, vegana. Andre 3000 cantante de rap, vegetariano.  

“Mis padres super a favor, mi padre me ha dicho que lo intentaría, el tiempo lo dirá”. Satenik estudiante también de bachillerato, vegetariana desde hace tres años, aún no es vegana pero confiesa: “Intento reducir lo que me queda”. Su concienciación surgió a raíz de que “días antes me salieron vídeos en YouTube de como sacrificaban animales, desde el día siguiente corté todo y no me costó nada, puedes conseguir esas proteínas sin hacer mal a nadie y a nada, mi madre me compra alimentos veganos, pechugas veganas”. Es “antitaurina totalmente, me parece muy feo satisfacer a una persona viendo hacer sufrir a un animal”. Negocios del horror defendidos por amañados contubernios.

“¡Claro que te hacen la broma, se hace pesado en tu día a día, la defensa les ofende! No me lo tomo como una ofensa” confiesa José un joven de veinticinco años, de Godella, estudiante de Telecomunicación y ADE (Administración y Dirección de Empresas) con una naciente empresa de pasta rellena vegana. Gracias a su veganismo admite: “Tengo mucha menos modorra, puedo comer lo quiera y no engordo; me hice un análisis y todo bien, me informo para mantener el nivel”. En reuniones familiares “mi madre me hace un plato vegano a mí”.

¿Qué  respuesta policial existe a estas demostraciones? “La policía siempre ha sido super amable, me dan más tranquilidad que miedo, para nada siento rechazo por ellos”, afirma José.  

¿Por qué los santuarios de animales de granja están en la mira de críticas subjetivas? Porque “hacen un gran trabajo al mostrar que esos animales tienen personalidades, que es normal darles cariño, una esperanza para el movimiento animalista”.

¿Por qué España está a la cabeza del consumo cárnico en Europa?

“¡La carne es cosa de hombres, un buen hombre come carne!” se transmite en sociedades esclavas del sistema capitalista y cultura consumista señala Guillermo. En el libro de la académica y escritora estadounidense Carol J. Adams titulado La política sexual de la carne, “biblia para la comunidad vegana” según el New York Times, se analiza la simbiosis masculinidad patriarcal-alimentación carnívora, señalando al vegetarismo y veganismo ético como nexo con el feminismo.

Cinco de las familias más ricas del país se localizan en Murcia una de ellas copa el primer puesto entre los mataderos nacionales.

Garbanzos, alubias, lentejas, guisantes, arroz, frutos secos, espinacas, acelgas, brócoli, nueces, zanahorias y ¡sol!  Proteinas, calcio, vitamina D, Omega 3, hierro, zinc, vitamina B12 (“producida por bacterias localizadas principalmente en la tierra, no es de origen animal”), todo presente en alimentos ¡de cercanía! del menú vegano.

“Después de darle muchas vueltas, decidí dejar de comer carne y centrar mi dieta en las verduras. Gracias a eso dejé de sufrir estreñimiento en un abrir y cerrar de ojos…al poco tiempo de dejar de comer carne, si iba a un restaurante de lujo y me servían un buen filete, me sentía como si masticase papel reciclado, me entraba angustia y lo rechazaba…como anécdota decir que desde que dejé de comer carne se ha desvanecido mi olor corporal”, relata el cirujano japonés Presidente de honor de la Sociedad Internacional Antiaging, Yoshinori Nagumo.

En alimentación, comercio, entretenimiento, vestimenta, experimentación, uso industrial o transporte. ¿Antropocentrismo inamovible? ¿A qué animal matará, devorará, despellejará, martirizará el ser humano (también animal) cuando todo se infecte apocalípticamente? 

“Instagram (red social) es principalmente donde estamos más activos” y en algunos grupos de whatsapp (aplicación de mensajería). Guillermo afirma que hay más mujeres activas aunque, “alguna vez me ha pasado que el hombre es más vegano”. Es imprescindible llamar la atención con actuaciones en las calles, sin abordar al público. “Si tienen interés les damos el flyer (octavilla)”, apunta Diego.

“Las vigilias” veganas, en alza mundialmente, surgidas hace quince años en Canadá, en España se realizan hace dos años. Acudiendo a la entrada de mataderos se trata de ofrecer a los animales apiñados en camiones jaula, apaleados en su descarga, condenados a muerte, un poco de sensibilidad y acompañamiento. “Les damos agua, alguna caricia”, añade Diego. Con responsables del negocio “intentamos llevarnos bien, algunos sí que lo ponen más difícil” reseña Guillermo.

Persistente y duro compendio de sensaciones en las vigilias veganas. “El olor lo impregna todo”.

“Desgraciadamente ninguna ciudad se puede decir vegana, al menos en Europa no”, afirma José.

“En España se sacrifican 850 millones de animales al año”. “La ONU afirma, que un cambio global hacia una alimentación 100% vegetal es vital para salvar al mundo del hambre, la escasez de combustible y el cambio climático”. “Porque todos los animales ¡quieren vivir!”.

En la Roma imperial, “el lenguaraz Marcial, observando la cebolla y otros bulbos parecidos, no duda en aconsejar que “si vuestra esposa es vieja (¡ojo al calificativo!) y vuestro miembro está exhausto, comed muchas cebollas”. Igual característica le otorgaban a la alcachofa según acopia María del Carme Soler en Banquetes de amor y muerte.