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El aroma del moscatel

Hace cincuenta y cinco años que se disputa el Trofeo de Fiestas de Godelleta, hoy Trofeo Moscatel. Es el decano. Y el generador del que sería posteriormente Trofeo El Corte Inglés de Galotxa. Del 68 al 75 se vivió una etapa de rivalidades locales y comarcales. Precisamente en 1975 se amplió la participación a ocho formaciones, con buena respuesta mediática que animó a la organización del primer torneo oficial de Galotxa en 1976. Más de medio siglo son el mejor aval de la importancia de una competición que a lo largo de su historia ha tenido fases distintas. Al principio, torneo de clubes, después, mientras el contratar era acto de libertad entre dos partes iguales: el club y el jugador profesional libre, se reunían en la cancha de Godelleta las grandes figuras bien remuneradas y mejor incentivadas. En los últimos tiempos se vuelve a potenciar el protagonismo de los clubes y se reserva una jornada, en este caso la del día 17, para pelotaris de primer nivel profesional como Soro de Massamagrell y Marc de Montserrat, acompañados de Hilari de Beniparrell y Álvaro de Massalfassar.

Comenzó el lunes la competición con el duelo entre el equipo local y el de Faura. Una dura prueba para la formación local en periodo de readaptación a los máximos niveles de la especialidad. Ayer se jugó la segunda semifinal con el clásico duelo entre Montserrat y El Marquesat. La final se reserva para el día 18. La amplia presencia de directivos y jugadores en el acto de presentación oficial es el mejor síntoma de la vitalidad del torneo, de la ilusión que más de medio siglo después, genera entre los creadores de la ilusión recuperada en tantos pueblos. Todos hablaron en el acto de la necesidad de potenciar las competiciones de clubes, de la necesidad de inyectar nuevas ideas sin perder la identidad y el reconocimiento a la labor que desde un espíritu generoso han realizado las gentes de los pueblos. El Trofeo Moscatel, en un pueblo señero, en una espectacular cancha, ha vuelto a ser manantial de nuevos bríos. La Galotxa quiere el reconocimiento que en justicia merece. Quizás por ello Beniparrell recupera el pulso con tres equipos para el próximo Interpobles Edicom. Quizás por ello Montserrat alza su voz para defender la identidad de la especialidad y el prestigio de sus competiciones. Quizás por ello Alfarp, ganador del primer torneo en 1968, con el inolvidable Conrado como protagonista, vuelve a soñar con levantar el torneo del que nació el torneo de los torneos de galotxa. Vuelve el aroma del Moscatel.

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