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Partida de galotxa en Alfarp.fpv

El "tercer tiempo" en la pilota

el conocido «tercer tiempo» del rugby, que es el reservado para la cerveza en común una vez finalizados los dos tiempos reglamentarios de juego, permite, junto a otros indiscutibles valores, presumir de caballerosidad a este deporte. Cualquiera que se acerque a conocer las interioridades del juego comprenderá el respeto a las tradiciones de siempre, inalterables en decenas y decenas de años. Es una de las señas de identidad del rugby, muy propia de la cultura anglosajona. Ya saben, en Wimbledon está prohibido vestir camisetas de colores a los tenistas. El blanco de toda la vida es obligatorio. La concesión al pantalón corto costó años para que se abriera paso.

La tradición del «tercer tiempo», del rugby, que todos consideran el mejor del partido, se venía practicando en la pilota valenciana, en las competiciones de clubes, hasta hace veinte o treinta años. Lo clásico era terminar la partida, siempre a cara de perro entre jugadores aficionados, y acabar en la tradicional «picaeta» en el bar del pueblo, que no tenía que ir más allá de unos platos de «cacaus i tramussos» regados con un buen porrón de vino o cerveza. Todas las disputas realizadas en la partida, algún momento que otro de tensión, se relajaban con la sonrisa, el cultivo de las amistades y el respeto a este código de conducta no escrito que pertenecía al acervo de valores de la pilota valenciana.

Ha llegado el momento de recuperar el «tercer tiempo» en la pilota. Esa es al menos la intención del nuevo responsable de la modalidad de Galotxa, el legendario Jesús de Massalfassar que vivió años gloriosos de la competición en los que esa tradición era norma de conducta obligada. Quiere fomentar y recuperar el espíritu de convivencia, convencido, y no le falta razón, de que una de las causas de la decadencia de estas competiciones ha sido la dispersión, la ausencia de proyectos y afanes comunes. Se muestra ilusionado en extender la idea de la que denomina «Taules de la Galotxa», aunque necesitaría la colaboración de los clubes. Cada mes, una cena de sobaquillo en un pueblo distinto. Nada de discutir sobre esto o aquello, que ese sería otro foro; simplemente disfrutar de la amistad de los amigos del deporte común. Ello, junto con la máxima seriedad en el desarrollo de cada partida, respeto a los horarios y el calendario e inspección federativa más directa para evitar irregularidades.

Hay mucha ilusión en este nuevo tiempo de la Federación que vuelve a presidir José Daniel Sanjuán. Se aclara el panorama competitivo. Todo jugador que no esté en la nómina de la Fundación tendrá libertad para fichar por el club que quiera de Galotxa. Así es que, según algunas informaciones, veremos este año en el torneo El Corte Inglés a jugadores de nivel como Carlos de Massalfassar que reforzará a Foios; Alvaro de Massalfassar que reforzará al club de su pueblo que regresa a la primera categoría; Se dice que Monrabal también reforzará a algún club, así como el nieto de Juliet que recalará en Alfarp para reforzar al club de Ovocity El Marquesat.

¿Participarán todos de un recuperado tercer tiempo? Veremos cómo respira la asamblea del día 11 de enero que ya ha levantado más expectación que nunca. Lo que hace la ilusión.

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