Si hay algo que pueda calificar con precisión la biografía de Emilia Pardo Bazán escrita por la Isabel Burdiel, Catedrática de Historia Contemporánea en la Universidad de València, sería la palabra «descomunal». Con ella podemos abarcar no solo el exhaustivo trabajo de investigación llevado a cabo por la autora, sino también las dimensiones de una personalidad tan arrolladora como la de la creadora de Los pazos de Ulloa. En efecto, adentrarse en la páginas de la voluminosa biografía es entrar de lleno en la exuberancia de un personaje de una riqueza inimaginable tanto a nivel personal como profesional.
Isabel Burdiel nos conduce a lo largo de su extenso y detallado trabajo por los vericuetos de la gran personalidad de la escritora gallega, pero también nos detalla el contexto en el que vivió, y nos describe una sociedad, una época (la segunda mitad del siglo XIX), llena de controversias, tantas como las de la protagonista de la biografía. Emilia Pardo Bazán se nos presenta como un personaje, arrollador, excéntrico, inteligente, de una gran vitalidad y energía, una persona llena de ambivalencias y, sobre todo, como una escritora de un calibre intelectual que trasciende hasta nuestros días.
Destaca en la biografía escrita por Burdiel el equilibrio con el que nos aproxima a la figura de Emilia Pardo Bazán ni se excede en elogios, ni se presta a chascarrillos inútiles en torno a su vida privada, habiendo sido la escritora gallega un personaje vilipendiado, aplaudido y admirado en el ambiente literario y cultural de su tiempo. El contexto histórico en el que se sitúa la biografía nos da idea de su gran personalidad e inteligencia. Su carácter fue, indiscutiblemente, llamativo en esa España católica, gazmoña, liberal, carlista y republicana. Sus opciones políticas, religiosas, literarias, su condición de mujer y su condición social no fueron nunca un freno para vivir y escribir como pensaba. En ese sentido, fue una mujer libre que siempre hizo lo que quiso y no se arredró ante nada ni nadie. Vivió con pasión sus aspiraciones literarias, trabajó con ahínco y dedicación, viajó, vivió separada de su marido por decisión propia, amó con pasión, fue autosuficiente económicamente y aunque en ocasiones se ha dicho de ella que gozaba de privilegios por proceder de una clase acomodada y de provincias, la realidad es que luchó esforzadamente para llevar a cabo todas sus aspiraciones.
Madre de tres hijos, Emilia Pardo Bazán, a pesar de las numerosas críticas que recibió, se preocupó siempre de su formación y siendo una intelectual cabal, nunca magnificó, en esto fue muy avanzada para la época, la maternidad. En una carta escrita a un matrimonio para felicitarles por el nacimiento de su hija entre otras cosas les dice:?.pero lo que impone la naturaleza (padres e hijos) hay que estar, como dicen los jugadores, a la que salte. Este cariño es instintivo, animal (ustedes no se asusten de la palabra) y así resiste los desencantos?» Y sigue expresando deseos para la niña: ?muchísimo marimachismo, bigote, entrecejo, unas manos como libros de coro, el genio de una fiera y las ideas más demagógicas y subversivas en cuanto a las relaciones de las dos mitades del género humano». Su feminismo además de sorprendente para la época, dadas su procedencia social y sus creencias religiosas fue activo, combativo a lo largo de toda su vida, quedó reflejado en muchas de sus obras y en su actitud ante la vida como mujer y como profesional. No hay duda de que Isabel Burdiel nos da a conocer a través de las páginas de esta biografía la singularidad de un personaje que fue muy libre. Aunque le dolieran los insultos que recibió no sólo como literata y mujer que tomó parte en la vida pública y política, sino también los que se decían en relación a su físico, gorda o fea, eran adjetivos habituales cuando se hablaba de ella, la escritora ni se achantó, ni esquivó la polémica. La dedicación al estudio fueron prácticamente una consigna a lo largo de toda su vida.
De la dimensión profesional de la escritora gallega da cuenta su importante producción en el ámbito de la novela, el ensayó, las conferencias que impartió, sus artículos periodísticos, sus libros de viaje y su labor como editora. Isabel Burdiel la retrata también magníficamente en este ámbito, reseña mucha de su producción literaria, enlazándola hábilmente con la situación histórica y literaria de la época. Además, destaca numerosas citas de su producción epistolar dejándonos ver la faceta más intima y personal de Emilia Pardo Bazán, el gracejo con el que escribía, la familiaridad con la que trataba a sus amigos, su sagacidad, la infinidad de personajes de su época con los que trató, los que la apoyaron, los que la denostaron. Hace, en definitiva, un retrato imparcial de una mujer de una excepcionalidad inequívoca.
El trabajo realizado por Isabel Burdiel es exhaustivo, detallado, que viene avalado por el premio Nacional de Historia que recibió en 2011por su biografía sobre Isabel II (Taurus, 2010) y su particular interés por las relaciones entre historia y literatura y por la historia biográfica. Su trayectoria profesional es amplia, así lo muestra su trabajo en la edición critica de Vindicación de los derechos de la mujer, de Mary Wollstonecraft (Cátedra, 1994), y de Frankenstein, de Mary Shelley (Cátedra, 1996), o la edición -junto con Manuel Pérez Ledesma- de los libros: Liberales, agitadores y conspiradores. Biografías heterodoxas del siglo XIX español (Espasa, 2000), y Liberales eminentes (Marcial Pons, 2008). Con Roy Foster ha coordinado La historia biográfica en Europa (Institución Fernando el Católico, 2015).
Quien se acerque a las páginas de la biografía de Emilia Pardo Bazán no saldrá defraudado, se adentrará en ellas como si se tratara de una novela, no es un libro académico aunque lo sea, no le falta rigor, y no sería excesivo ponerlo a la altura de los grandes historiadores anglosajones. A principios de diciembre murió el historiador norteamericano, Robert K. Massie, especialista en historia rusa y premiado con el Pulitzer por la biografía Pedro el Grande: su vida y su mundo, y autor también de la biografía de Catalina de Rusia, la labor de Isabel Burdiel no va a la zaga de un autor como Massie, ni a la de historiadores de prestigio internacional, y la tenemos aquí en la UV. Merece la pena prestarle atención a su trabajo. Las actuales fiestas navideñas tan proclives a los regalos son una excelente excusa para hacerse con un ejemplar de esta ecuánime biografía. No lo duden, por algo va ya por su segunda edición.