La ausencia de un vertedero donde depositar los rechazos de la planta de basuras de Guadassuar sigue saliendo muy cara a la comarca de la Ribera. El traslado de las basuras hasta la planta existente en Villena cuesta en torno a tres millones y medio de euros, según las cuentas del consorcio Ribera-Valldigna.
En concreto, el transporte de los residuos supone a la entidad comarcal 1,5 millones de euros, mientras que el tratamiento de las basuras que rechaza la planta de Guadassuar hacia Villena supone un coste cercano a los dos millones de euros. En la actualidad, la planta de Guadassuar envía a rechazo „es decir basuras que ya no tienen ningún uso„ el 61 % de los materiales que recibe, según los datos ya cerrados del año 2014.
El consorcio espera que la nueva planta pueda rebajar ese rechazo hasta el 30 o el 40%, por lo que la factura de dos millones de euros por el tratamiento podría quedar rebajada a la mitad, según las estimaciones que realiza el ente que preside el alcalde de Guadassuar, Salvador Montañana, de Compromís.
En cuanto al transporte, que cuesta 1,5 millones, la cifra también podría rebajarse de forma importante en caso de que no fuera necesario desplazar los residuos hasta Villena y fuera posible tratarlos en el ámbito de la comarca o en la Valldigna.
Además, la ley obliga a que ese vertedero de rechazos „proyectado en Guadassuar„ esté en el territorio de la Ribera o de la Valldigna ya que la filosofía de la norma es que cada demarcación se trate sus propios residuos y no sea necesario desplazarlos a tantos kilómetros.
Esa factura de transporte y tratamiento se lleva un tercio del presupuesto del consorcio Ribera-Valldigna, que asciende a 11 millones de euros. En 2014, entraron en la planta de basuras de Guadassuar 125.500 toneladas, de las que fueron rechazadas hacia un vertedero 76.500 toneladas, lo que supone el 61 %.
La posible instalación de un complejo de rechazos en Guadassuar, adjudicado en su día, suscita una importante oposición en los municipios de la comarca. En la última reunión celebrada por el consorcio se debatió sobre esta cuestión, pero sin llegar a ninguna votación. En la entidad están a la espera de que la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) emita su informe sobre la viabilidad de la instalación en el polígono de la Garrofera, lo que permitirá a la conselleria decidir sobre la Autorización Ambiental Integrada.
La plataforma que rechaza el vertedero asegura que una parte de los 120.000 metros cuadrados sobre los que se instalaría está ya descartada, aproximadamente el 25%, y que en el resto aún es necesario realizar tres sondeos más. Mientras, la empresa Reciclados Ribera del Xúquer, que gestiona las basuras en la Ribera, cree que ya ha quedado suficientemente claro que una parte del terreno es adecuada y que es posible comenzar las obras en este suelo.
El propio Montañana aseguró recientemente a Levante-EMV que la decisión sobre el vertedero de la Garrofera la tomará la conselleria y no el ayuntamiento. «No le corresponde a Guadassuar tomar una decisión», asegura el nuevo alcalde. «Se hará por consenso, las condiciones legales no dependen del ayuntamiento sino de estudios y alegaciones que se presenten a la conselleria que es la tendrá que autorizar o no», aseveró.