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La ausencia de depredadores complica la reducción de la plaga

? A día de hoy, no existe un depredador que frene la expansión del jabalí. La sequía de los últimos años ha desencadenado que bajen de las montañas en busca de alimento y han colonizado zonas de huerta aprovechando cauces de ríos y barrancos. Asimismo, representan un peligro real para el tráfico nocturno, ya que en los últimos tiempos se ha disparado el riesgo de accidentes. Los afectados reclaman a la Administración un plan de choque con cambios normativas para facilitar el control cinegético de las especies que invaden los cultivos. «Este año el problema es mucho más grave. Antes se daban casos aislados que en apenas unas semanas quedaban resueltos, pero ahora se está convirtiendo en un hecho frecuente. Cada día hay una historia nueva. Estamos desamparados y aquí nadie mueve un dedo por nosotros. Deberían indemnizarnos por todos estos destrozos», sentenció Rafael Colomina.

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