Medio centenar de voluntarios de Cullera y Favara han conseguido en apenas diez días confeccionar y distribuir a través de Protección Civil más de 10.500 pantallas protectoras para personal sanitario. Novecientas de ellas han llegado al hospital de la Vega Baja de Orihuela, otras 700 al Hospital La Fe, casi 700 al hospital de la Ribera y otras mil quinientas a varios hospitales de València. Efectivos de la Guardia Civil y el Ejército también se han beneficiado de su altruismo y otras doscientas han viajado más lejos, hasta la región italiana de Lombardía, uno de los territorios más afectados por la pandemia en el país transalpino.

La iniciativa nació de la inquietud de un matrimonio de profesores de Formación Profesional de Cullera que pensó cómo desarrollar un equipo de protección eficaz, a la vez que simple y económico, para ayudar a proteger a los sanitarios y a todas las personas que trabajan en primera línea contra el coronavirus. La idea se la trasladaron a un empresario y a un profesional. El primero puso la nave, las cortadoras láser y sus instalaciones a plena disposición, y el otro aportó la logística y los contactos de clientes para conseguir materia prima, organización de empresa y distribución.

La finalidad es abastecer directamente a quienes lo necesitan: hospitales y centros de salud, residencias de mayores, fuerzas y cuerpos de seguridad, bomberos, etcétera. El profesor diseñó la pantalla y tras realizar las pruebas de viabilidad en la fábrica se dispuso a conseguir la materia prima. Los voluntarios lo lograron en menos de dos días. Las empresas Clear PET, Infia Plastic, Ondupet y Emvalpack donaron material valorado en más de 22.000 euros.

Hubo empresas que pararon la cadena de producción diaria para fabricar los rollos de PET y poder servirlos con urgencia. A sus trabajadores no les importó hacer horas extraordinarias sin cobrar por tan noble causa. Otras muchas empresas han aportado lo que han podido, desde asesoramiento jurídico pasando por la limpieza periódica de la nave, hasta los productos químicos o bolsas de grandes superficies y la Asociación de Hostelería de Cullera les prepara todos los días el almuerzo, la comida y la merienda, correspondiente un día a cada restaurante. Incluso una falla de Favara les va a preparar un almuerzo popular.

Un personal voluntario incansable

La cadena humana la componen más de 50 voluntarios que realizan las tareas de corte del material, limpieza y desinfección, ensamblaje, control de calidad y empaquetado para distribución. Se distribuyen en tres turnos, dos diarios y uno nocturno, por lo que la cadena no para durante las 24 horas del día. Aunque tienen unos turnos de 6 horas por tanda, hay voluntario que no quiere irse a casa y encadena 2 turnos, acabando completamente agotados. Alguno de ellos ha llegado a dormirse encima de la materia prima almacenada.

El personal sanitario se emociona cuando reciben las viseras protectoras, llamándoles por teléfono llorando agradeciéndoles la gestión. Así cobran su trabajo.