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El rastro de Corbera, en una imagen de archivo.levante-emv

El rastro de Corbera seguirá confinado hasta octubre

El ayuntamiento alega que el cierre se debe a la imposibilidad de controlar el aforo y el distanciamiento social por su elevada afluencia

La localidad de la Ribera Baixa tiene una peculiaridad. Acoge un mercadillo ambulante todos los lunes y, además, un rastro el domingo. Es éste último el que atrae más gente debido a la gran variedad de productos que se pueden encontra. Eso sí, sobre el pesa una gigante losa debido a la existencia de puestos irregulares, algo que se ha intentado minimizar para no perjudicar a los mercaderes que pagan sus impuestos.

Precisamente, son éstos los que han contactado con el ayuntamiento en diversas ocasiones al ver que, con la nueva normalidad, el rastro no se reactivaba. «Hemos recibido muchas llamadas de los mercaderes preguntando por la posibilidad de instalar su parada y eso nos llevó a decretar el cierre también en julio, agosto y septiembre», explica a Levante-EMV Vicent Marrades, alcalde de la localidad.

El consistorio defiende haber tomado la decisión en base a la responsabilidad y «con el objetivo de seguir garantizando la seguridad de la población, así como de las personas vendedoras y consumidoras, atendiendo al carácter de acontecimiento multitudinario que representa el rastro de los domingos». No en balde, una jornada dominical en el mercadillo de Corbera podía reunir antes de la pandemia a unas tres mil personas. «En estas circunstancias es inviable, sería muy difícil controlar el tema de las distancias y el aforo. Con el mercado ambulante se puede hacer, con el rastro no», añade el alcalde. El gobierno municipal también recuerda que, desde marzo, las autoridades sanitarias han puesto el foco en esos lugares en los que se producen aglomeraciones, ya que existe un mayor riesgo de exposición y transmisión del virus.

A la espera de un mejor escenario

El rastro de Corbera permanece cerrado desde el tercer domingo de marzo, tras el decreto gubernamental por el que el que el España entraba en Estado de Alerta. El propio alcalde se congratulaba porque las autoridades no han detectado ningún intento de instalar puestos a escondidas, «y esperemos que ese comportamiento ejemplar se mantenga», apostilla Marrades.

La decisión tienes sus consecuencias negativas, por supuesto. El consistorio es consciente de que hay una parte considerable de mercaderes que obtenían cuantiosos ingresos debido a la gran afluencia del rastro, es el caso de puestos de artesanía o de alimentación. «Es una lástima por ellos, pero la seguridad en estos momentos es lo primero. Esperemos que cuando la situación mejore vuelvan a Corbera», expresa el alcalde.

La fecha de retorno es, por ahora, una estimación. La orden municipal decreta el cierre del rastro tanto en julio y agosto como en septiembre. No obstante, el gobierno local también se muestra prudente al respecto. Octubre es la fecha elegida, pero se estará pendiente de la evolución de la pandemia y de la situación ante posibles rebrotes. Si la coyuntura es favorable, se cumplirá ese plazo. Aunque, a fecha de hoy, parece complicado prever cómo estará la crisis sanitaria a las puertas del otoño, momento señalado por algunos expertos como el idóneo para una segunda oleada de contagios mucho más intensa.

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