La Ribera en Bici-Ecologistes en Acció se han hartado de esperar una respuesta por parte del Ayuntamiento de Alzira y han presentado una queja a la Síndicatura de Comptes e impulsado una recogida de firmas para que se aplique de una vez la ordenanza contra el ruido «y controle definitivamente los vehículos ruidosos para que los vecinos puedan vivir en paz y saludablemente».

El colectivo ecologista ha presentado varios escritos ante el ayuntamiento para denunciar el exceso de ruido y hace dos años propuso la realización de una campaña municipal contra el ruido, primero informativa, después preventiva y finalmente punitiva. Sin embargo, no han recibido respuesta alguna y han insistido en reclamar la aplicación de la ordenanza aprobada hace años para acabar «con el ruido intempestivo, molesto y enfermizo de los vehículos que sobrepasen los decibelios permitidos», reprochan.

El grupo incluso ha llegado a grabar vídeos para remitírselos a los responsables municipales para que pudieran comprobar cómo se saltan la normativa. Pero «ni la policía municipal, ni la concejalía, ni ningún miembro del ayuntamiento han hecho absolutamente nada para controlar ni siquiera las motos con resonador, a pesar de que también los hemos informado por dónde se mueven y reúnen la docena de moteros más molestos, que por cierto llegan a hacer carreras y acelerones superando los 60 y más kilómetros por hora en algunos barrios de la ciudad, con la contaminación, las molestias y el peligro que supone para los vecinos de estos barrios», relatan los portavoces del colectivo ecologista.

Un informe municipal reconoce que durante el día se superan los límites de ruido en la mayoría de áreas residenciales, educativas, sanitarias y culturales, y durante la noche todavía más.

El origen principal del ruido callejero son los vehículos trucados o defectuosos, especialmente las motos de baja potencia con tubos de escape ensordecedores. «Se escuchan a un km de distancia, de forma que no resulta difícil localizarlos y aplicarles la ley contra el ruido, con las multas correspondientes y la inmovilización si se tercia o reinciden», subrayan los ecologistas.

El ruido es un contaminante físico que provoca y empeora problemas de salud como el estrés, el insomnio, enfermedades nerviosas, digestivas, circulatorias o inmunológicas. De hecho, la OMS alerta que el ruido es el segundo contaminante ambiental más perjudicial, por detrás solo de la contaminación atmosférica.