La elección del concejal socialista de Sueca Vladimir Micó como nuevo presidente de la Mancomunitat de la Ribera Baixa en un pleno extraordinario celebrado el pasado martes ha abierto una etapa desconocida de consenso en el ente comarcal. Los ayuntamientos han apostado por revitalizar y potenciar este organismo con el ánimo de ayudar a que preste servicios de calidad que puedan beneficiar a los ciudadanos con independencia del color político que gestione cada consistorio.

La primera votación para eligor al nuevo presidente fue unánime, como ayer avanzó Levante-EMV. Los dos vicepresidentes anteriores, Amparo Giner y Òscar Navarro se mantendrán en sus cargos. Además, el pleno ha peritido dar validez al ente supramunicipal tras la denuncia presentada por el Ayuntamiento de Sollana contra la constitución del anterior equipo gestor por no haber sido convocado correctamente.

Hubo dos ausencias: la de Almussafes y Cullera por motivos muy diferentes. El primero por haber solicitado su salida de la Mancomunitat y el segundo pendiente de la designación por el plenario municipal de los representantes. Salvo esos casos, la unanimidad de todos los presentes, quince, en la elección de la nueva Junta directiva y cargos de la mancomunidad de la Ribera Baixa fue total.

Micó accede a la presidencia «con ganas de trabajar para todos los integrantes sin distinción alguna y levantar un órgano necesario para todos basado en la solidaridad de cada uno de los componentes». «Hay que mirar hacia un futuro prometedor y comprometido. Comenzamos una etapa nueva, en la que todos los integrantes vamos esforzarnos para sacar adelante la Mancomunitat. Entre todos tenemos consiguir una actividad óptima y esa es la clave para sacar adelante un proyecto común y necesario para todos los municipios».

Micó se ha comprometido a ponerse a trabajar desde el minuto cero para que la Mancomunitat de la Ribera Baixa vuelva a ser una realidad operativa y beneficiosa para los ayuntamientos.