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Grietas aparecidas en los casalicios del siglo XVIII alertan a los expertos

El Ayuntamiento de Alzira instala testigos de escayola para analizar si las fisuras están activas o se han estabilizado y solicita un estudio del templete que alberga la imagen de Sant Bernat

La aparición de grietas en dos de las tres pilastras que sustentan la cubierta del casalicio de Sant Bernat, uno de los templetes del siglo XVIII que se conservan del antiguo puente que salvaba el brazo muerto del río -desmontado en los años sesenta para construir la avenida principal de Alzira-, han llevado al área municipal de Patrimonio a instalar unos testigos de escayola al objeto de comprobar si las fisuras se encuentran estabilizadas o van en aumento y poder determinar la urgencia de una hipotética reparación para evitar daños mayores en uno de los elementos más representativos de la ciudad. Al mismo tiempo, el ayuntamiento ha elevado una consulta a la Universitat Politècnica de València (UPV) para realizar un estudio del estado de este edículo.

Las grietas son visibles al menos desde el pasado verano y están presentes en las dos caras de las pilastras afectadas. Se localizan en la parte más alta y tienen un trazado vertical que en algún caso recorre todo el capitel.

El origen de los casalicios bernardinos se remonta a principios del siglo XVIII, cuando Jaime Servera y Nicolás Bas sufragaron su construcción en los laterales del puente -un templete alberga la imagen de Sant Bernat y el ubicado justo enfrente las esculturas de les «germanetes», María y Gracia-, si bien fueron reconstruidos piedra a piedra en 2007 después de que la intervención diseñada para corregir la inclinación que amenazaba su estabilidad detectara que la cimentación original se encontraba a casi tres metros de distancia del emplazamiento que habían ocupado durante 40 años en el centro de la avenida -desde que se desmontó el puente y se reconstruyeron los templetes -, lo que forzó una modificación del proyecto.

La actuación se amplió para recuperar la calzada y las barandillas del antiguo Pont de Sant Bernat, simular el antiguo paso sobre el río y contextualizar la presencia de estos templetes en lo que es hoy es la principal arteria urbana de Alzira. La reubicación de los casalicios provocó la reordenación del tráfico rodado en la avenida de los Santos Patronos, que hasta ese momento discurría por ambos lados de los templetes, que quedaron vinculados al área peatonal que desemboca en la plaza Mayor.

El seguimiento de las fisuras detectadas por los técnicos ha llevado a instalar estos testigos de escayola para confirmar si las grietas continúan activas.

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