La Policía de cuatro municipios se une para prevenir los robos en las zonas rurales
Cuatro ayuntamientos de la Ribera Alta han coordinado sus policías locales para prevenir los robos de cosechas, que se han incremento este año ante la subida de precios que ha experimentado la naranja. Los hurtos de baterías y grupos electrógenos que se registran en casas de campo también preocupan. Ese dispositivo especial, que ya se experimentó con éxito el año pasado, plantea como novedad las patrullas nocturnas, que buscan crear «un efecto de jaula compacta» que blinde los términos municipales para preservar los bienes agrícolas.
Las Jefaturas de Policía de la Pobla Llarga, Castelló, Alberic y Rafelguaraf son las que han unificado sus efectivos para luchar contra los delitos agrícolas. El objetivo es vigilar de manera conjunta las partidas rurales para impedir las acciones delictivas. Desde el jueves los agentes recorren los caminos rurales y organizan controles para detectar el movimiento de personas y vehículos en las «zonas más sensibles» de los cuatro municipios.
«Lo que queremos es estar al lado del agricultor y propietario de las casas de campo, porque somos conscientes del enorme esfuerzo y del sacrificio que supone para un labrador sacar adelante sus cosechas. Y mucho más en esta época, cuando los costes de producción están por las nubes, por lo que cualquier pequeño hurto que sufran supone un duro golpe para ellos porque los precios y la producción casi no cubren los gastos», sostiene el oficial-jefe de la Pobla Llarga, Francisco López, coordinador y portavoz del operativo.
Seis pueblos se alían contra los robos y los contratos fraudulentos en el campo
Durante la madrugada de hoy se ha vuelto a poner en práctica el plan de vigilancia de los términos rurales de las cuatro poblaciones que han unido sus fuerzas para poner coto al robo de cosechas. Se mantendrá a lo largo de la campaña de recolección de las variedades más caras. «La intención es garantizar en la medida de lo posible que la zona rural sea segura». En caso de observarse movimientos o personas sospechosas próximas a las zonas de explotación agrícola, los agentes anotan la matrículas.
Durante las horas de recolección, agentes de la Policía Local y de la Policía Autonómica también patrullan entre las parcelas agrícolas acompañados de dos inspectores de Trabajo con el objetivo de comprobar que las empresas cumplen con todas las garantías la legislación laboral. Esta medida también resultó muy positiva durante el año pasado.
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