El técnico de la UD Alzira, Marc Garcia, no quiere que el partido de esta tarde contra el Lleida Esportiu (18 h., Luis Suñer Picó) «sea visto como una final». Los de la capital del Segrià llegan a la Ribera después de obtener dos victorias consecutivas y, quitando el desastre de Sagunt, solo han perdido un partido en los últimos siete. La llegada de Ángel Viadero al banquillo azulón consiguió mejorar la defensa y el pasado domingo salió de la posición play-out en detrimento del Alzira. Aunque los azulgranas solo han ganado un partido de siete, Marc está tranquilo «porque el equipo ha tenido pocos malos partidos y queda un calendario, propio y de rivales, muy esperanzador». No por ello, renuncia a la victoria de hoy. Una derrota haría que el Lleida se fuera a cuatro puntos.
Viadero no dispone del sancionado Quadri Liameed que vio su décima tarjeta de la temporada, ni de los lesionados Arnau Gaixas y Óscar Rubio.
Sobre el rival, Marc Garcia solo tiene parabienes. «La posición no refleja el potencial de este equipo». Ha incorporado a Joan Campins del Logroñés que en los últimos dos partidos ha marcado dos goles siendo defensa. Pape Diamanka y Damià Sabater han sido otras de las llegadas como también Mario Rivas, que ha tenido menos incidencia en la mejora.
«La derrota en Sagunt nos hace pensar que no es imbatible y tenemos opciones de ganar», comentó Garcia. El alzireño tiene dos bajas, la del portero sancionado Adrián, que vio la quinta amarilla y será sustituido por Andreu y Bono, que ha vuelto a lesionarse. Recupera a los sancionados Javi Serra y Solbes.
Ambos equipos se han enfrentado cinco veces en Alzira con dos victorias valencianas y dos catalanas, las dos últimas en 2010 y 2011.
Dirigirá el partido el murciano Clemente Ortuño, que dirigió el partido del Alzira contra el San Roque de Lepe y al Lleida contra el Espanyol B. Ambos acabaron en empate, el resultado más repetido en sus once partidos donde los locales han ganado dos y los visitantes cuatro.